Madrid y el cine: Trampantojos (3)

Hoy paseamos por Madrid desentrañando nuevos trampantojos cinematográficos, esos engaños al ojo que nos hacen creer que incluso lugares bien conocidos por todos son otros lugares: prostíbulos que en realidad son palacios o iglesias y ministerios que realmente son museos.

El protagonista de la comedia Nadie lo sabrá (1955) es un empleado de banca que se mete en un lío monumental por su impetuosidad y su irreflexión. Según él, trabaja en el Banco Internacional, pero las inmensas columnas precedidas de una escalinata delatan cuál es el lugar de rodaje: el Palacio de la Bolsa, situado en la Plaza de la Lealtad. Edificio que, si bien tiene mucho que ver con el dinero, nunca ha sido un banco.

Nadie lo sabrá (Ramón Torrado, 1955)

A un banco se dirige, por la calle de Alcalá (pero con la falda sin almidonar), la protagonista de la curiosa película sobre la inmigración La venta del paraíso (2012). Mezcla de comedia, drama y fantasía, muestra las tribulaciones de Aura María, una migrante latinoamericana que ha llegado engañada a Madrid, donde se ha encontrado sin nada. 

La venta del paraíso (Emilio J. Ruiz, 2012)

Vemos que finalmente se dirige hacia el Palacio de la Equitativa, que, aunque durante un tiempo sí fue un Banco, el Banco Español de Crédito, nunca fue banco de La Cosa Nostra, nombre elegido, supongo, para resaltar el carácter mafioso de tantas operaciones económicas que giran en torno a los emigrantes explotados y timados:

La venta del paraíso (Emilio J. Ruiz, 2012)

Y vamos de palacio en palacio: del Palacio de la Bolsa y del Palacio de la Equitativa nos vamos a otro que en la misma película es un lujoso prostíbulo. Aura María llega allí a través de un anuncio de trabajo en el que se busca a una persona que trabaje como relaciones públicas, pero esto parece ser un eufemismo.

La venta del paraíso (Emilio J. Ruiz, 2012)

El lujoso prostíbulo es el palacio de Fernán Núñez, situado en la calle Santa Isabel, un palacio privado que pasó hace varias décadas a ser Sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles y en cuyo interior se han rodado bastantes películas.

Antes de buscar trabajo en el palacio-prostíbulo, Aura María ha ido a otro hermoso edificio en el que está la empresa que supuestamente la ha contratado desde su país de origen. En este lugar la atiende un hombre que es el jefe de residuos humanos (sic) y que le da la mala noticia de que el contrato que firmó en su país es falso.

La venta del paraíso (Emilio J. Ruiz, 2012)

La hermosa fachada corresponde en realidad a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, una institución pública que tiene en esta sede su estupendo museo.

Hay más museos que pasan por ser otros lugares. Al final de la conocida comedia Don Erre que Erre (1970), la primogénita del protagonista se casa. Van llegando los coches a la puerta de la iglesia y así ubicamos la escena en un lugar donde no hay ninguna iglesia:

Don Erre que Erre (José Luis Sáenz de Heredia, 1970)

El novio espera la novia viendo de frente edificios muy reconocibles de la zona de Moncloa: el Arco de la Victoria y el Cuartel General del Ejército del Aire. ¿Dónde estamos, pues? Durante la escena podemos ver fragmentos de una arquitectura bastante reconocible: la del Museo de América, situado al comienzo de la Ciudad Universitaria. Aunque en realidad sí estuvo durante un tiempo alojada allí, en la sala donde ahora se celebran las exposiciones temporales, una parroquia, la de Santo Tomás de Aquino. Así que esta pareja bien podría haberse casado allí, en este edificio que no tiene signos externos de ser una iglesia.

Don Erre que Erre (José Luis Sáenz de Heredia, 1970)

En otro extremo de la Ciudad Universitaria está el último edificio de hoy. En el thriller psicológico La piel que habito (2011) -no precisamente una de las películas más logradas del director, en nuestra opinión-, el protagonista, un siniestro cirujano plástico, da una conferencia en el Instituto de Biotecnología:

La piel que habito (Pedro Almodóvar, 2011)

Singular y llamativo tanto por dentro como por fuera, se trata del edificio del Instituto del Patrimonio Cultural de España, conocido popularmente en Madrid como la corona de espinas por el peculiar remate que recorre la parte superior de su perímetro.

¿Quieres ver más trampantojos madrileños? Entra en Trampantojos 1 y Trampantojos 2.

¡Ándate con ojo, madrileño, que los cineastas no te la peguen con estos trampantojos! O, pensándolo mejor, que te la peguen, porque en eso consiste la magia del cine, en dejarse engañar.