Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

 Aunque en el cine es muy habitual que el exterior de los edificios no se corresponda con el interior (como hemos venido viendo en la serie de entradas tituladas Blanco por dentro, verde por fuera), me parece observar que esto es especialmente notable en las iglesias: por razones estéticas muchas veces, supongo, pero también a veces por problemas planteados por las parroquias para rodar en el interior. 

Ya en la entrada Blanco por dentro, verde por fuera (4) salieron varios ejemplos de lo que digo, pero aquí van más.

Empezamos con el caso en apariencia más sorprendente: en la película de intriga Mr. Arkadin (1955), el millonario protagonista acude a un encuentro en una iglesia. Es la Trinity Church de la ciudad alemana de Munich.


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Mr. Arkadin (Orson Welles, 1955)

Una vez dentro, sin embargo, nos encontramos en la Basílica de San Francisco el Grande (sobre cuyo interior trató la primera entrada de este blog: ¡Cielo negro, que Dios nos perdone!). ¿Le gustó más este magnífico interior que el de la iglesia alemana? 


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Mr. Arkadin (Orson Welles, 1955)


Lo cierto es que no extraña tanto si se sabe que esta película se rodó en un montón de países europeos (Francia, Reino Unido, Suiza, Alemania, etc.) y, en España, en varios lugares (Segovia, Pedraza, Valladolid, etc). O sea, que Orson Welles, al que tanto le gustaba viajar, debió de pasárselo muy bien.


Viajaron mucho menos, pues todo lo rodaron en la Comunidad de Madrid -que simula ser un lugar de Inglaterra- los que trabajaron en la película de ciencia-ficción La invasión de los zombies atómicos, una coproducción de España, Italia y México. Como ya conté en Iglesias modernas de los 60 -pues estas dos lo son-, una escena en la que vemos a los protagonistas huir de los zombies comienza cerca de la iglesia de los Santos Apóstoles de Boadilla del Monte, y cuando entran en ella están en la iglesia de San Pedro Mártir de la avenida de Burgos:


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
La invasión de los zombies atómicos (Umberto Lenzi, 1980)


Un cura, no sabemos si ultramontano o simplemente hosco, se negó a permitir entrar al equipo de la magnífica comedia dramática El viaje a ninguna parte (1986), que había rodado ya previamente varias escenas en el pueblo. En la película, la compañía de teatro Iniesta-Galván va a Medineja a representar el domingo por la tarde; en el carromato que los transporta, don Arturo traslada a todos la conveniencia de aprovechar que llegan por la mañana e ir a misa para causar buena impresión.

Y allí están, sentados en los últimos bancos de la izquierda, cuando de repente Carlos Galván, el protagonista, se da cuenta de que más adelante están también sentados los Calleja-Ruiz, su competencia.


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

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Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
El viaje a ninguna parte (Fernando Fernán-Gómez, 1986)

La iglesia es pequeña, los cuchicheos resuenan, una anciana protesta, otra le contesta:

- ¡Esto es intolerable! ¡En el recinto sagrado!

- Son forasteros, doña Florentina.

- ¡Como si son astronautas!

A la salida, doña Florentina arma tal trifulca que a punto están de suspenderse ambas funciones, la de una compañía y la de la otra.


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
El viaje a ninguna parte (Fernando Fernán-Gómez, 1986)

Aunque en el último fotograma vemos el nombre de Medineja -a la izquierda del correspondiente símbolo franquista-, en realidad se rodó en Arisgotas (Toledo). Sin embargo, la tozudez del cura llevó a que el interior tuviera que rodarse en otro lugar, que fue la ermita de la Soledad de Torrelaguna.


Nos vamos ya al siglo XXI. Sentadas en un banco, vemos a Rosario y a Milagros, amigas y barrenderas en la comedia dramática Una palabra tuya (2008), al lado de la parroquia de la Beata María Ana de Jesús, en la calle Guillermo de Osma (Arganzuela):


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Una palabra tuya (Ángeles González-Sinde, 2008)


A continuación, ambas están en el interior de la parroquia de San Eugenio de Getafe, bastante lejos de sus respectivos barrios:


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Una palabra tuya (Ángeles González-Sinde, 2008)

En una de las historias de esa comedia del extrañamiento o del absurdo que es la película Esa sensación (2015), el padre está rezando en la iglesia de San Diego (Vallecas); su hijo, que lleva un tiempo siguiéndolo porque lo ve hacer cosas nada habituales, decide hablar con él.


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Esa sensación (Juan Cavestany, Julián Génisson y Pablo Hernando, 2015)

Cuando salen y se hacen un selfie, lo que vemos está en la otra punta de la ciudad: es la parroquia de San Juan de la Cruz, al lado del Paseo de la Castellana:


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Esa sensación (Juan Cavestany, Julián Génisson y Pablo Hernando, 2015)

Nos vamos de nuevo fuera de la ciudad, a dos pueblos de la Comunidad de Madrid. En el primero, Torrelaguna, se rodó la mayor parte del drama Todos lo saben (2018). Una familia se reúne allí para celebrar la boda de una de las hermanas, Ana, con su novio, Joan, pero algo terrible sucede durante la fiesta que amargará el resto de los días. Antes de que suceda, vemos a los novios salir, como es lógico, de la preciosa iglesia de Santa María Magdalena de Torrelaguna:


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Todos lo saben (Ashgar Farhadi, 2018)

Pero la ceremonia no se ha celebrado allí, sino en una iglesia más pequeña: la parroquia de Santiago Apóstol de Villa del Prado, un pueblo que está en el otro extremo de la Comunidad de Madrid. Se me escapan las razones de este cambio, pues la iglesia de Torrelaguna ha sido escenario de bastantes películas, como algún día contaré.


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Todos lo saben (Ashgar Farhadi, 2018)

Los últimos casos son dos películas del año pasado. La primera, una película de terror, Anatema, nos muestra el exterior del monasterio de la Inmaculada Concepción de Loeches, pero las escenas de interior se grabaron en la iglesia de Aldeacueva, de Vizcaya. Ambos recintos en la película pasan por ser la inexistente iglesia de San Simeón de Madrid.


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Anatema (Jimina Sabadú, 2024)

La segunda, la comedia Verano en diciembre, comienza precisamente con la imagen de la bella iglesia de San Pedro Ad Víncula (Villa de Vallecas), cuando la mayor parte de la familia que la protagoniza sale de misa y se dirige a tomar el aperitivo.


Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera

Madrid y el cine: Iglesias blancas por dentro, verdes por fuera
Verano en diciembre (Carolina África, 2024)

El interior de la iglesia que aparece en la película no es el de esta, pero, con tantísimas iglesias que existen, aún no he conseguido averiguar cuál es. Te lo contaré cuando lo descubra, si lo descubro. 

De lo que estoy segura es de que esta publicación no será la definitiva, pues iré encontrando más iglesias blancas por dentro, verdes por fuera.

Agradecimiento:

A Jorge Domingo Soro, del grupo de Facebook Madrid y el cine, al que debo la localización de la iglesia alemana de Mr. Arkadin.

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