Madrid y el cine: Blanco por dentro, verde por fuera (2)

Cuando el cine nos atrapa con sus historias y su estética, la realidad deja de importar. Por eso puede mostrarnos a los personajes entrando en un lugar y, una vez dentro, mostrárnoslos en otro lugar, sin que la mayoría de las veces nos demos cuenta. En la entrada Blanco por dentro, verde por fuera, y si quieres que te lo diga... puedes ver tres ejemplos de ello. Hoy vamos por otros tres, repartidos por la Comunidad de Madrid, y llegamos hasta a París.

En la entretenida comedia Bombas para la paz (1959), el protagonista, Carlos, es un joven científico que ha heredado de un colega un importante descubrimiento: la fórmula química para volver pacíficos a los seres humanos. Con ella se dirige a París, a la Gran Conferencia de la Paz que se ha convocado con el fin de evitar una guerra en ciernes. En su vuelo, una de las azafatas es Celia, una guapa mujer que le va a ayudar: fingiéndose periodista, va a la sede donde se va a celebrar la conferencia. Y la vemos camino del Museo del Hombre de París, en los jardines del Trocadero:


Bombas para la paz
Bombas para la paz (Antonio Román, 1959)

Allí entra para simular una entrevista con el conserje y distraerle mientras Carlos introduce la sustancia química en el edificio. Pero el interior que vemos es el de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense:

Bombas para la paz
Bombas para la paz (Antonio Román, 1959)

Es en esta vieja facultad, inaugurada en 1936, donde se celebra la conferencia internacional de París. Y podemos verla hoy casi idéntica a como era en 1959, con la importante excepción de la vidriera de encima de la entrada, pues hace unos años se reconstruyó la obra art-déco original (que por su fragilidad debió de quedar destrozada con la primera bomba caída en este frente de guerra).


Y nos vamos de dos edificios que aún existen a una tienda y unos grandes almacenes ya desaparecidos. En esa curiosidad tan desconocida que es el drama de ciencia-ficción La hora incógnita (1963), los personajes se mueven por las calles solitarias de Alcalá de Henares (pero también de Torrelaguna). La población ha sido evacuada por una amenaza nuclear pero ellos, por un motivo u otro, han decidido quedarse. Es el caso del director y una dependienta de unos grandes almacenes de artículos textiles. Vemos el escaparate, en la calle Mayor de Alcalá, de Galerías Saldaña, pero con el rótulo cambiado para la película:


La hora incógnita
La hora incógnita (Mariano Ozores, 1964)

Una escena se desarrolla después en el interior, pero se trata de otro escenario: nos trasladamos a la calle Fuencarral de Madrid, en concreto al número 103, donde estaban los desaparecidos Almacenes Mazón:

La hora incógnita
La hora incógnita (Mariano Ozores, 1964)

Una preciosa escena en la que lo más llamativo es la presencia de los característicos maniquíes de la época, testigo mudo e indiferente a la sorpresa y el miedo de los seres humanos.


No nos vamos todavía de Alcalá de Henares, porque allí se desarrolla parte de la trama de la correcta comedia dramática Los buenos días perdidos (1975), basada en una obra teatral de Antonio Gala (que también participó en el guion). El protagonista, Lorenzo, se traslada a un pueblo de Castilla que en las primeras imágenes es Sepúlveda (Segovia), para segundos después llegar a la catedral magistral de Alcalá:

Los buenos días perdidos
Los buenos días perdidos (Rafael Gil, 1975)

Probablemente porque en la época del rodaje la catedral se encontraba en obras, cuando los personajes entran en la catedral nos adentramos en otra bella iglesia de la Comunidad de Madrid: la de Santo Domingo de Silos en la localidad de Pinto.

Los buenos días perdidos
Los buenos días perdidos (Rafael Gil, 1975)

Este interior es uno de los escenarios principales de la película, y por eso quedan resaltados muchos de los importantes elementos histórico-artísticos de la iglesia, como el púlpito renacentista que vemos en el primer fotograma y el retablo barroco del segundo. 

        

Blanco por dentro, verde por fuera, y si quieres que te lo diga, ¡espera / es pera!

Para saber más:

- Canalda, José Carlos (2018): Alcalá en el cine. La hora incógnita, de Mariano Ozores.

- Gómez, Mercedes (2016): La iglesia de Santo Domingo de Silos en Pinto.




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