Paseo cinematográfico: Barrio de Justicia (1)

Hoy os propongo un paseo cinematográfico por una pequeña zona del barrio de Justicia. Pequeña, porque cada pedazo de esta ciudad nuestra nos sumerge en todo un mundo de historias y cinematografía. Nuestro paseo será por el pasado y por el presente, pues podremos observar los cambios provocados por el paso del tiempo y, sobre todo, la acción humana.

La ruta comienza en la salida del metro de Tribunal que da a la calle Barceló. En uno de los edificios antiguos de la acera de enfrente vivía la protagonista del precioso cortometraje Tarde de domingo (1960), que pasa la tarde observando la actividad del Madrid dominical y, parece, otoñal (o primaveral) y soleado: gente sentada en los bancos al sol, un niño que cruza, un organillero y su burro. Y, en el centro de la calzada, las vías del tranvía, al que le quedaban pocos años en esa zona:


Tarde de domingo
Tarde de domingo (Basilio Martín Patino, 1960)

En una película solo tres años posterior, la romántica Del rosa al amarillo (todo un despertar emocional para los que la vieron en su época), aparece el mismo tramo de esta calle; da la impresión de que están quitando los antiguos adoquines para posteriormente eliminar o enterrar las vías del tranvía y asfaltar.


Del rosa al amarillo
Del rosa al amarillo (Manuel Summers, 1963)

Al fondo de la imagen anterior podemos ver, tras los árboles, la silueta del colegio Isabel la Católica, uno de los varios grandes colegios construidos en Madrid durante la Segunda República. También la protagonista de Tarde de domingo, si mira hacia la izquierda, ve el colegio desde su ventana; podemos cruzar de acera para tener su perspectiva.


Tarde de domingo
Tarde de domingo (Basilio Martín Patino, 1960)

Muchos bancos, muchos árboles, familias paseando... Tarde de domingo en los años 60.

Si la protagonista del corto mira de frente y a la derecha, ve los jardines de Ribera en la plaza de Barceló, un espacio que estuvo abandonado muchos años y que recientemente se ha vuelto a ajardinar, aunque con un resultado no muy satisfactorio.


Tarde de domingo
Tarde de domingo (Basilio Martín Patino, 1960)

También ve a la derecha el antiguo Hospicio de San Fernando, en el momento de la película Museo Municipal y actual Museo de Historia de Madrid. Todavía en 1960 no estaba cerrado el patio del museo y esa zona formaba parte de los jardines, que incluían la fuente de la Fama de Pedro de Ribera:


Tarde de domingo
Tarde de domingo (Basilio Martín Patino, 1960)

En el mismo escenario se sitúa una escena de la setentera comedia ¡No firmes más letras, cielo! (1972). Sabino y su mujer, Elisa, protagonizan una escena de celos a la salida del metro de Tribunal, permitiéndonos ver, de nuevo, el colegio Isabel la Católica y la fuente de la Fama:


¡No firmes más letras, cielo!
¡No firmes más letras, cielo! (Pedro Lazaga, 1972)

¡No firmes más letras, cielo!
¡No firmes más letras, cielo! (Pedro Lazaga, 1972)

La fuente aparece también en una película que se ambienta en el siglo en que se creó, el siglo XVIII. Se trata del magnífico drama histórico Esquilache (1989).


Esquilache
Esquilache (Josefina Molina, 1989)

Mientras vemos la escena delante de la Fuente de la Fama, oímos el texto de la ley -principio activo vertido sobre un excipiente que ya estaba en Madrid- que motivó en 1766 el llamado motín de Esquilache (que más bien debería haberse llamado motín contra Esquilache):

Se instalarán puestos con alguaciles en todos los barrios donde se llamará al orden a todos los madrileños que sigan empecinados en el uso del embozo y del sombrero gacho, y allí mismo, y para general escarmiento, un sastre procederá al corte de capas, procurando que al menos les falte una cuarta para llegar al suelo. En todo momento se procurará cumplir el castigo de forma contundente pero con discreción, evitándose el uso y abuso de la violencia y moderándose la actuación de la justicia, dentro de los cauces que impone el sentido común y que exige la ley. Dicha providencia deberá cumplirse de inmediato con el fin de acallar los brotes de rebeldía que con el pretexto de la indumentaria atentan contra los manifiestos deseos de nuestro señor, el rey Carlos III, y de sus ministros.

Justamente lo que vemos en el fotograma es uno de esos puestos y a un alguacil herido después del ataque por parte de un grupo de embozados, a uno de los cuales vemos huyendo hacia los jardines de Ribera.


Y hacia allá nos vamos también, atravesando los jardines hacia la calle de la Beneficencia y saltando dos siglos, detrás de algunos de los jóvenes protagonistas de Historias del Kronen (1995), película heredera del cine quinqui en algunos aspectos pero que representa a una franja social muy diferente: cierto pijerío masculino de los 90. Aquí los vemos caminando, desganados, con esa falta de élan vital que, suponemos, fueron perdiendo con la edad aquellos que sobrevivieron a esa juventud de excesos, frente al muro lateral del Instituto San Mateo que da a la calle Beneficencia.


Historias del Kronen
Historias del Kronen (Montxo Armendáriz, 1995)


Giramos junto con ellos a la izquierda buscando la fachada de este centro educativo, y así entramos en ese pequeño tramo peatonal que comunica la calle de la Beneficencia con la calle San Mateo, que recientemente ha recibido nombre oficial, y muy cinematográfico: el pasaje de Tony Leblanc. Volveremos a toparnos con el famoso actor en nuestra ruta.

Las escaleras del San Mateo (antes Instituto de Enseñanza Media, hoy IES en el que se imparte el primer y polémico Bachillerato de Excelencia) son lugar de encuentro para los jóvenes del Kronen (su bar favorito):


Historias del Kronen
Historias del Kronen (Montxo Armendáriz, 1995)

Dejamos allí a los chicos del Kronen y atravesamos el pasaje hasta la calle de San Mateo, que enfilamos a la izquierda unos pocos metros para girar enseguida a la derecha y entrar en la calle San Lorenzo. Vamos hasta el número 11, un edificio con aspecto señorial que encontraremos abierto si vamos un día de diario en horario comercial, pues alrededor de su patio, al que se llega por un amplio pasillo diseñado seguramente para la entrada de carruajes, se ubican varios negocios.

Lo más vistoso de ese patio es el antiguo invernadero, hoy un espacio para celebración de eventos y una agencia inmobiliaria de lujo. A este invernadero vienen Salvador Mallo -el protagonista del bellísimo drama Dolor y gloria (2019)- y su asistente a ver una exposición de arte popular. 


Dolor y gloria
Dolor y gloria (Pedro Almodóvar, 2019)

Nada más entrar, Salvador se fija en una obra y se reconoce, de niño, dibujado en ella. Lo compra y así puede leer la carta que el autor había escrito para él en el envés del cartón. Salvador rememora a Eduardo, un joven y atractivo trabajador de su pueblo cuyo recuerdo le estimula para escribir la que será su siguiente película: El primer deseo.


Prosigamos por la calle San Lorenzo hasta llegar al cruce con la calle Hortaleza. Allí, giremos a la derecha y enseguida encontraremos una llamativa fuente en el chaflán de la esquina con la calle Santa Brígida. Si nos situamos a su lado, tendremos la misma perspectiva de la calle que nos ofrece este primer fotograma de la comedia melodramática El pobre García (1961)


El pobre García
El pobre García (Tony Leblanc, 1961)

Tony Leblanc, protagonista y director de esta por momentos lacrimógena comedia, se lava las manos en la fuente de los Delfines, un rediseño de finales del siglo XIX de una fuente anterior, llamada de los Galápagos, que diseñó Ventura Rodríguez, y que a su vez sustituyó a una antigua fuente, menos decorativa y más funcional, que era conocida como fuente de las Recogidas (nombre que se le daba al convento situado poco más adelante en la calle Hortaleza, a la izquierda, que ahora va a convertirse, ¡cómo no!, en un hotel). Así que García, el protagonista de la película, se está lavando las manos en un espacio que ha sido fuente durante varios siglos, y que además, probablemente, sea la única fuente en chaflán de Madrid. 


Sigamos el camino de García a la inversa. Él venía por la calle Santa Brígida y nosotros nos adentramos en esta pequeña calle que une dos grandes vías del barrio: Hortaleza y Fuencarral. Tiene una curiosa forma que apenas se ha visto alterada por los siglos, con un brusco giro a la derecha que no permite ver la calle completa y que la empequeñece aún más.

Vemos venir corriendo hacia nosotros a dos chavales que en el drama sobre el acoso escolar Los héroes del mal (2015) estudian en el centro educativo situado justamente en ese giro y que, aunque en la película es un instituto, en realidad es la Escuela Oficial de Idiomas de Madrid-Tribunal (aunque, ciertamente, fue el Instituto de Enseñanza Media Emilia Pardo Bazán durante muchos años):


Los héroes del mal
Los héroes del mal (Zoe Berriatúa, 2015)

Parte de la historia, bien intencionada pero con un exceso de violencia, se desarrolla en el interior del centro, como vemos en el segundo fotograma. Las aulas de esta EOI se orientan hacia un patio central compartido con la Real Academia Nacional de Farmacia (en la calle Farmacia) cuyas ventanas traseras se pueden ver desde las aulas, justo al otro lado del patio.


Pasando la entrada al aparcamiento de las Escuelas de San Antón y bordeando ya la fachada de la EOI, llegamos al número 15 de la calle, a la derecha. En el interior de este edificio, que es una corrala (como muchos otros edificios del barrio), se rodó la comedia dramática La puerta abierta (2016), una película con rasgos teatrales muy meritoria que se estrenó sin pena ni gloria y que, sin embargo, merece la pena ver.


La puerta abierta
La puerta abierta (Marina Seresesky, 2016)

Seguimos recorriendo la calle Santa Brígida y llegamos al cruce con la calle Santa Águeda, situada a la derecha. En el anodino edificio de ladrillo visto que forma esa esquina estuvo desde 1874 hasta 1998 el teatro Martín, escenario del drama sobre la postguerra Pim, pam, pum... ¡Fuego! (1975). Es en este teatro donde actúa Paca, la corista protagonista de la película, pues en la época en la que se ambienta la película el teatro Martín era el teatro pícaro de la ciudad.

Pim, pam, pum... ¡Fuego!
Pim, pam, pum... ¡Fuego! (Pedro Olea, 1975)

Este famoso teatro llegó a albergar incluso algunas de las actuaciones de las gentes de la famosa Movida madrileña. Podemos verlo en este cartel, fotografiado en una exposición dedicada a Pablo Pérez Mínguez en la Sala El Águila:


el teatro Martín y la movida madrileña

Cuando se derribó el Martín, en el edificio de pisos que se construyó reservaron en la planta baja un gran espacio para la apertura de un teatro o una sala de espectáculos, pero el proyecto no se ha hecho realidad hasta ahora.


Y subimos hasta la calle Fuencarral para ir terminando nuestro paseo. Giramos a la derecha, caminando hacia nuestro punto de inicio. En el camino, pasamos por el número 73 de la calle, esquina con la calle San Joaquín; ahí veremos una de tantas hamburgueserías que abundan en la ciudad. Hasta hace pocos años, el local albergaba el bar-restaurante Patatín patatán, de comida informal; en él está el niño protagonista de El Bola (2000), al que vemos sentado a la mesa, mirando en nuestra dirección:


El Bola
El Bola (Achero Mañas, 2000)

El Bola está aquí con su amigo Alfredo, el padre de este y un amigo del padre, pasando uno de los pocos buenos ratos que le depara la vida. La historia de este chaval, maltratado verbal y físicamente por su padre, fue en su momento un puñetazo en la cara de nuestra sociedad, a la que nunca un cineasta había presentado este problema social de forma tan directa. Por esto y por la interpretación de su protagonista y de otros actores, nunca está de más volver sobre ella.

Dos números más adelante, en el 77, donde ahora se ultima la apertura de un gran supermercado más, estuvo el Pasaje Mutualidad (de él hablamos en una entrada monográfica, El Pasaje Mutualidad).

Seguimos hacia Tribunal y pasamos al lado de dos edificios majestuosos: el Museo de Historia de Madrid y el Tribunal de Cuentas, cuyas fachadas sin embargo no suelen aparecer en el cine, probablemente porque el tráfico, las dimensiones de la calle y las no muy anchas aceras no hacen muy fácil el rodaje allí. Únicamente hemos encontrado una imagen del antiguo Hospicio de San Fernando, hoy Museo de Historia en una película de 1941, el drama Alma de Dios; por lo que vemos en la imagen y podríamos suponer sin verla, en aquel año el tráfico no debía de ser muy intenso en esta calle:


Alma de Dios
Alma de Dios (Ignacio Iquino, 1941)

Por entonces, este edificio era Museo Municipal de Madrid y todavía su director era Manuel Machado, el hermano del poeta Antonio Machado.


Caminamos un poco más por la acera de la izquierda y sobrepasamos unos metros el punto en el que iniciamos el paseo. Nos volvemos y miramos hacia atrás, para observar la misma perspectiva que se ve en este fotograma de Del rosa al amarillo (1963). 


Del rosa al amarillo
Del rosa al amarillo (Manuel Summers, 1963)

Y nos damos cuenta de que, a pesar de tantos cambios, mucho permanece en esta zona del Madrid de hace sesenta años.


Os dejo, por último, un mapa del recorrido:






Comentarios

  1. Demuestra ser buena conocedora del barrio. Por esos años al lado del Pasaje La Mutualidad estaba un restaurante bar de reconocido prestigio La Criolla.

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    1. Gracias por tu comentario, Alfredo. ¿A qué época te refieres?

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