El pasaje Mutualidad

Hasta hace muy pocos años, la calle de Fuencarral y la Corredera Alta de San Pablo estaban comunicadas por un pasaje comercial que se construyó en los años 50 (junto con el resto del edificio que había encima de él): el Pasaje Mutualidad.

Hoy nada queda de uno de los últimos pasajes de Madrid, pero el cine atestigua su existencia. Lo vemos en el magnífico e interesante documental Souvenirs de Madrid (2019), que, a pesar del año de su estreno, fue rodado en los años 90:


Souvenirs de Madrid
Souvenirs de Madrid (Jacques Duron, 2019)

Este director francés, en busca de la esencia de la ciudad, recorre ambientes y lugares populares y nos muestra lo que fuimos hasta hace muy, muy poco: para nuestra sorpresa, muy diferentes de ahora. En su recorrido, entra en el ya languideciente Pasaje Mutualidad y rueda las tareas de limpieza del edificio.


Es pocos años antes de su desaparición cuando el pasaje vuelve a aparecer en la comedia dramática Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013). Esta tierna película narra las vicisitudes de un profesor de inglés que hace un viaje a Almería con el único fin de conocer a John Lennon; basada en una historia real, añade en el viaje a otros personajes de ficción, como Belén, una chica de 21 años. Belén, que aún vive bajo la tutela de sus padres, ha quedado embarazada y sus padres la han enviado a una especie de residencia donde, seguramente, se van a quedar con su bebé una vez lo tenga. Antes de su huida de la residencia, la vemos en el pasaje, silencioso y vacío:


Vivir es fácil con los ojos cerrados
Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba, 2013)

Un baboso hombre maduro se acerca a ella y la acosa. Belén sale corriendo y sus pasos resuenan en el pasaje:


Vivir es fácil con los ojos cerrados
Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba, 2013)

A la izquierda de Belén, en lo alto, vemos un trozo del rótulo de un comercio y podemos leer solo dos letras, GE. 

En la última película que se rodó aquí, la comedia romántica musical Los miércoles no existen (2015) vemos a un personaje femenino que desciende hacia el pasaje; en los cristales podemos también ver reflejado, aunque lo vemos al revés, el nombre del comercio: Monge. Se trata de la relojería Monge, el último comercio del pasaje que sobrevivió hasta su fin.

Los miércoles no existen
Los miércoles no existen (Peris Romano, 2015)

Irene, una de las protagonistas de esta comedia coral, se despierta sobresaltada en un piso-estudio que apenas recuerda, acostada con un pintor muy pagado de su físico al que conoció la noche anterior. Arrepentida de no sabemos qué, escapa en cuanto puede de la casa: la vemos bajando las escaleras y después en el propio pasaje, casi en la salida.

Vemos a Irene marcharse en un taxi y a personas que caminan bajo la lluvia por la calle Fuencarral. La cámara se va acercando a la reja de la entrada. Un joven llega por la izquierda, una joven por la derecha y se funden en un beso mientras nosotros los vemos todavía desde dentro del pasaje.


Los miércoles no existen
Los miércoles no existen (Peris Romano, 2015)

Escenas de este tipo ya tendremos que verlas, en este lugar, desde la puerta del Mercadona que acaba de abrir donde estaba el pasaje.

El edificio, propiedad de la Tesorería de la Seguridad Social, se subastó en 2015 y ha sido convertido en viviendas de lujo; en su planta baja, un supermercado -otro más- que terminará de hundir al pequeño comercio de la zona. 

Eso sí, seguiremos viendo besos por las calles -nuevas y viejas- de Madrid.

Más información e imágenes:

Gómez, Mercedes (2009): Pasaje Mutualidad, "el Pasadizo" 

Madrid Metrópolis (2012): Pasaje Mutualidad

Peirano, Marta (2015): Madrid subasta el histórico Pasaje de Malasaña


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