Madrid y el cine: Las fábricas que el tiempo se llevó (2)

El beber llega después del comer: y si en Las fábricas que el tiempo se llevó (1), la comedia El puente de la paz (1958) nos llevaba a la azucarera de Arganda del Rey, la misma película hoy nos traslada al interior de la antigua alcoholera, que estaba ubicada en pleno centro de la ciudad. Allí vemos a los prebostes de Morcuende y Sanfelices (nombres ficticios) acordar los términos en que se gestionará el cobro de impuestos por usar el puente que piensan construir:


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
El puente de la paz (Rafael J. Salvia, 1958)

Pero también hubo fábricas de bebidas en la ciudad de Madrid. Una de las más conocidas, y cuyo edificio perdura, bien que con otros usos, es la fábrica de cerveza El Águila, en la calle Ramírez de Prado. Su proximidad a la antigua estación de Delicias, hoy Museo del Ferrocarril, favoreció que apareciera en varias películas cuando aún la estación estaba en funcionamiento.

La vemos en la comedia musical De Madrid al cielo (1952) cuando la protagonista y su familia llegan a Madrid en tren. A la salida de la estación, se unen al corro que rodea a un charlatán sin saber que alguien aprovechará la ocasión para robarles. Al fondo vemos la característica silueta de esta fábrica.


Madrid y el cine: Fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: Fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: Fábricas de bebidas desaparecidas
De Madrid al cielo (Rafael Gil, 1952)

Muy similar es la imagen de la fábrica que vemos en una secuencia del drama picaresco Segundo López, aventurero urbano (1953). Segundo va corriendo detrás de su joven amigo el Chirri, que se ha metido en la estación de Delicias:


Madrid y el cine: Fábricas de bebidas desaparecidas
Segundo López, aventurero urbano (Ana Mariscal, 1953)

En la comedia El aprendiz de malo (1958) la razón de la aparición de la fábrica es diferente.  El protagonista, un joven agricultor que viene en busca de una vida más cómoda en Madrid, lo pasa mal en la ciudad, viéndose obligado a convertirse en delincuente. Dentro del discurso disuasorio presente en tantas películas de estos años, él mismo, en el comienzo de la película, confiesa ante el comisario:

... en Madrid hay mucho personal, donde falta es en el campo. Me di cuenta más tarde. La mayoría de los que dejan el pueblo por las capitales... pues... pues... acaban arrepintiéndose.

Tras esta escena, vamos al comienzo de su periplo, lo vemos llegar en tren, comprar el periódico y acudir a distintos lugares pidiendo trabajo, entre ellos a la fábrica de cerveza El Águila. Y no lo consigue.


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
El aprendiz de malo (Pedro Lazaga, 1958)

Todavía seguían fabricando cervezas allí cuando se rodó el thriller político Hay que matar a B. (1975), que, aunque ambientado en un país latinoamericano que no se especifica, se rodó en gran parte en distintos lugares de Madrid. Vemos la fábrica desde uno de los accesos a la estación de Delicias, que en aquellos momentos ya no prestaba servicio para trenes de viajeros y estaba en bastante mal estado, igual que la fábrica:


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
Hay que matar a B. (José Luis Borau, 1975)

Vemos también al protagonista, el camionero húngaro Pal Kovac, delante de la fábrica: 


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
Hay que matar a B. (José Luis Borau, 1975)

Bajamos la graduación de las bebidas y nos vamos a una fábrica desaparecida hace ya décadas. En la calle Cardenal Cisneros, esquina con calle Olid, se levantaba la fábrica de espumosos, gaseosas y jarabes El Gallo, que aparece al fondo en este fotograma de la comedia El tigre de Chamberí (1958):


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
El tigre de Chamberí (Pedro Luis Ramírez, 1957)

El protagonista de esta comedia, que sin quererlo se ve convertido en boxeador, vive en el 34 de esta calle de Chamberí, así que sus alrededores aparecen con frecuencia en la película. En el fotograma se aprecia la forma peculiar con que se remató la fachada de la fábrica; en esta especie de frontón se hallaban unos preciosos azulejos que desaparecieron, igual que el resto de la fábrica:


Fotógrafo: Luis de Agromayor. Entre 1990 y 2005

Y siguiendo con bebidas gaseosas pero con una fábrica más moderna, nos vamos al sur de la ciudad, al número 241 de la calle Antonio López. Allí va la protagonista de la comedia costumbrista La chica del gato (1964), tercera adaptación cinematográfica de la obra teatral homónima de Carlos Arniches. Guadalupe, después de dar tumbos por todo Madrid, ha encontrado trabajo en casa de Nena, una joven de clase acomodada propietaria de una fábrica. Don Sigmundo, alemán, es su director. Guadalupe va a verle a la fábrica, que no es otra que la de Schweppes, abierta dos años antes de la película y cerrada y derribada en el siglo XXI:


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
La chica del gato (Clemente Pamplona, 1964)

Cuando Guadalupe llega a la entrada de la fábrica, se produce este jocoso diálogo tan apropiado para quien encarnaba este papel: Gracita Morales.

- Buenas.

- Buenas.

- ¿Don Sigmundo Fritzgot?

- ¿Está usted citada con él?

- ¡Oiga, que yo soy mu decente!

Como el conserje no le permite entrar sin cita, Guadalupe se cuela por la puerta que da entrada y salida a los camiones y nos introduce en los almacenes:


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
La chica del gato (Clemente Pamplona, 1964)

No faltan momentos en que se nos muestra la moderna maquinaria, escenas muy del gusto de la época, con su desarrollista orgullo:


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
La chica del gato (Clemente Pamplona, 1964)

Vamos ahora con la bebida más estimulante: el café. Y nos vamos a una fábrica de modernísima construcción: la del café soluble Monky, que intentó sin éxito competir con Nestlé. En ella encuentra un buen puesto de dirección Luis, recién licenciado en Económicas, el protagonista del estupendo drama El arte de vivir (1965):


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
El arte de vivir (Julio Diamante, 1965)


La película nos muestra también los modernos e impolutos interiores que seguramente complacían a los españoles de los 60:


Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: fábricas de bebidas desaparecidas
El arte de vivir (Julio Diamante, 1965)

La marca contó para su promoción en los años 80 con otra figura fundamental de nuestra cinematografía: la actriz Carmen Maura, que protagonizó una serie de anuncios televisivos.



Ubicada en la calle Josefa Valcárcel, 40B, la estupenda arquitectura de esta fábrica no sirvió para que perdurara, pues solo duró de 1962 a 1991, año en que fue demolida.


Con el café, unas gotitas de leche. De la que preparaban en la fábrica Clesa, donde trabaja Juan, novio de la protagonista del cortometraje Querida Julia (1965). Al poco de mudarse de Entrevías al nuevo poblado dirigido de Fuencarral, Julia conoce a Miguel y se hacen novios; Miguel no soporta la miseria y emigra a Alemania, desde donde va espaciando las noticias, de modo que Julia termina saliendo con Juan. Pero Miguel regresa y Julia no puede mentirse: él es su verdadero amor. Por eso va a ver a Juan a la fábrica y rompe la relación:


Madrid y el cine: Fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: Fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: Fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: Fábricas de bebidas desaparecidas

Madrid y el cine: Fábricas de bebidas desaparecidas
Querida Julia (Eladio Pérez Díez, 1965)

La conversación entre Juan y Julia se produce en el lateral derecho de la fábrica, que parece ser la zona de carga para los repartidores. Afortunadamente, también en este caso se ha conservado el edificio y se le ha dado protección recientemente declarándolo Bien de Interés Cultural, aunque todavía no parece estar claro cuál será su futuro.

De seis fábricas, nos quedan dos y ya no lo son. Apenas nada se fabrica en nuestra ciudad, convertida en centro de administración, comercio y servicios. Dependiente de todos para funcionar y a veces demasiado orgullosa para reconocerlo.

Para saber más

- Giménez, M.R. (2021): Fábrica de espumosos "El Gallo". Del blog Antiguos Cafés de Madrid.

- Torrijos, Pedro (2017): Patrimonio perdido (III): la fábrica de café Monky, el edificio que quiso enseñar sus tripas al mundo. En El Economista.


Agradecimientos

A Antonio Sánchez Acereda y Josh Josema, del grupo de Facebook Madrid y el cine, que identificaron y localizaron la fábrica de café.

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