Bailes de chachas en el cine Salamanca

Es domingo por la tarde y tres amigos están sin blanca:

- Se me está ocurriendo una idea: ¿qué os parece si vamos a merendar a Miami? 

- Hombre, ya puestos, podíamos ir al Palace.

- ¿Yo también?

- ¿Tú tienes veinte duros?

- No.

- ¡Pues entonces...! Andando.

Y allá que van:

Baile de chachas en el cine Salamanca
El tigre de Chamberí (Pedro Luis Ramírez, 1958)


Desconozco si el nombre era real o si el cartel se puso para esta película, pues existía una sala de fiestas Miami en la Gran Vía, pero a donde van estos tres amigos es a la sala de fiestas que estaba en el sótano del cine Salamanca, en el encuentro de las calles Conde de Peñalver y Hermosilla (y en cuyo edificio hoy hay una gran tienda de ropa barata). Cuando llegan al cine, vemos que se estaba proyectando entonces Proa al cielo, un drama bélico de producción estadounidense de 1956.


Baile de chachas en el cine Salamanca

Baile de chachas en el cine Salamanca
El tigre de Chamberí (Pedro Luis Ramírez, 1958)

Lo primero, miran las tarifas expuestas justo encima de la taquilla. Está claro que no les llega el presupuesto:

Baile de chachas en el cine Salamanca
El tigre de Chamberí (Pedro Luis Ramírez, 1958)

Además de la gratuidad para las mujeres, algo que fue bastante normal en este tipo de establecimientos durante décadas, llama la atención el aviso: No se dan contraseñas de salida. En estos tiempos en los que no se usaban pulseras ni cámaras de reconocimiento facial, se podía salir y volver a acceder a un local con una contraseña, pero este sistema tenía el peligro de que la contraseña podía ir de boca en boca.

¿Qué hacen los tres amigos finalmente? Pues comprar una sola entrada y, con la conocida excusa de "paga el de atrás", entrar finalmente los tres.

Esa misma tarde, Marisa -la futura novia de uno de estos tres amigos- ha quedado con otro hombre, Carlos, en el local; él llega tardísimo y discuten. Cuando la cámara enfoca a Carlos apoyado en su coche, que ha aparcado en la mismísima puerta del cine y la sala de fiestas, vemos el rótulo de la tienda Ilsa Frigo que estaba en el número 9 de la calle Conde de Peñalver:


Baile de chachas en el cine Salamanca

Baile de chachas en el cine Salamanca
El tigre de Chamberí (Pedro Luis Ramírez, 1958)

Pero nuestros tres amigos iban a merendar. ¿Cómo lo van a hacer? Pues buscando a tres chicas no muy agraciadas que estén dispuestas a invitarlos a cambio de compañía. Triste picaresca.

El interior del local, sobrio y elegante, que nos muestra esta película no se corresponde con el de la sala de fiestas que había en el sótano del cine Salamanca. Tampoco el ambiente.


Baile de chachas en el cine Salamanca
El tigre de Chamberí (Pedro Luis Ramírez, 1958)


Este cine y su sótano fueron inaugurados en 1935, y la sala de fiestas tenía un aspecto completamente diferente.  En esta imagen podemos apreciar que la forma de la zona de baile no se corresponde con la de la película:


Revista Arquitectura, 1936 (nota 1)

Además, por las mismas fechas del rodaje de El tigre de Chamberí, Carlos Saura estuvo rodando también allí su mediometraje La tarde del domingo (1957), su trabajo fin de carrera en la Escuela Oficial de Cinematografía. Un drama centrado en la experiencia de una empleada doméstica durante su único momento libre de la semana: la tarde del domingo. 

Clara, la protagonista, cuando por fin consigue liberarse de la pesadísima y explotadora familia para la que trabaja, acude al parque del Retiro, donde ha quedado con tres amigas y compañeras de profesión. Allí, junto a la fuente de la Alcachofa, se encuentran con unos amigos; Juan, el joven del que Clara está enamorada y que está haciendo el servicio militar, no aparece. 

El grupo se dirige a la sala de fiestas del cine Salamanca, de la que vemos solamente el interior. Un local atestado de parejas en danza:

Baile de chachas en el cine Salamanca

Baile de chachas en el cine Salamanca
La tarde del domingo (Carlos Saura, 1957)


Otra imagen de la revista Arquitectura encuentra su correspondencia en un fotograma de la película. Observemos el rincón de mesas y sillas que tenemos en primer término, rodeado por una barandilla; comparémoslo con el fotograma de debajo: es exactamente el mismo espacio, desde diferente perspectiva.

Revista Arquitectura, 1936 (nota 1)

Baile de chachas en el cine Salamanca
La tarde del domingo (Carlos Saura, 1957)


Asier Aranzubia y José Luis Castro de Paz, en su libro sobre la Escuela Oficial de Cinematografía, dicen sobre esta secuencia:

... esta segunda parte de la película -la larga secuencia del baile- inaugura de pleno derecho ese realismo documental que caracterizará el cine inmediatamente posterior del cineasta. De hecho, Saura documentó previamente con su notabilísimo talento de fotógrafo la sala de baile del racionalista cine Salamanca, donde buena parte de la secuencia está rodada con cámara oculta, mezclando a los autores con el público en el baile real de un domingo... (nota 2)

El propio Carlos Saura explicó para qué hizo estas fotografías previas:

Hice esta pequeña serie de fotografías antes de filmar (...) y con la intención de que las imágenes me sirvieran para documentar cómo eran las salas de baile a las que los domingos acudían las "chicas de servir", como entonces se llamaban, para buscar novio y librarse de los trabajos diarios en las casas de la burguesía acomodada, donde a veces eran tratadas casi como esclavas (nota 3).

Muchas de estas chicas de servir eran maltratadas en sus trabajos, pero no puede decirse que la mayoría de los hombres con los que se relacionan en este espacio las traten tampoco con amabilidad ni delicadeza. El tono chulesco y prepotente de unos, las manos invasoras de otros: formas de violencia que entonces no era considerada como tal ni por las propias víctimas.


No sé si Almudena Grandes vio o no esta película; lo cierto es que en su magnífica novela La madre de Frankenstein (2020) aparece también esta sala de fiestas. Uno de sus personajes principales, María Castejón, auxiliar de enfermería en el hospital psiquiátrico de Ciempozuelos, fue antes criada en Madrid y se enamoró de Alfonso, el señorito de la casa en la que trabajaba. Un día este la invitó a salir con él:

Dime que sí, me pidió, y se lo dije, sí, y apretó su cara contra la mía y me dijo que estaría esperándome a las seis en punto en la puerta del baile, que estaba debajo de un cine que había en Conde de Peñalver.

Y todo transcurrió tal como le había advertido su compañera Rosario antes de ir, sin ningún tapujo:

Te va a llevar a un baile de chachas, como si lo viera, me dijo Rosarito. Yo nunca había oído esta expresión, pero sonaba tan mal que no me atreví a preguntar. Me dio igual, porque ella se empeñó en contármelo de todas maneras, que en los bajos de muchos cines de Madrid había unos salones de baile muy grandes, en los que dejaban pasar gratis a las mujeres los jueves por la tarde. Y allí, pues ya se sabe, van sobre todo soldados de permiso, los mismos que nos encontramos en el Retiro todas las semanas, muchachas como nosotras, que no tienen dinero para pagarse la entrada de un cine de estreno, y señoritos salidos, que las invitan a beber y las sacan a bailar, a ver si encuentran a alguna de la que aprovecharse. Y como son más guapos, y van mejor vestidos, y tienen más labia y más de aquí, se frotó con la yema del pulgar las del dedo índice y corazón de la mano derecha, que los sorchis, pues antes o después se la llevan a una al baño, o a algún pasillo oscuro, y le restriegan la cebolleta.


Triste y sórdido ambiente el que existía bajo el patio de butacas de este cine de barriada, con algunos honores de sala céntrica, como lo describió su arquitecto (nota 1).


P.D.: En la entrada Madrid y el cine: York Club tienes información sobre las apariciones en el cine de una sala de fiestas que estaba en el sótano de otro cine, el Pompeya de la Gran Vía.

Referencias

(1) Alonso Martos, Francisco (1936): El cine Salamanca. Revista Arquitectura, 4, 1936, pp. 91-97.

(2) Aranzubia, Asier y José Luis Castro de Paz (2024): Escuela de cineastas, Cátedra/Filmoteca Española, pp. 156-157.

(3) Apud Aranzubia, Asier y José Luis Castro de Paz (2024): Escuela de cineastas, Cátedra/Filmoteca Española, p. 157.


Comentarios

  1. Curioso el segundo fotograma en la esquina de enfrente del cine podemos ver un "almacén de legumbres" e intuir un texto "Borregón Hos. S.A." pues solo se puede leer parte de él, quizás a los que conocieron el barrio de Torrijos les suene tal firma comercial.

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    1. ¡Qué buena vista! He buscado en la guía telefónica de 1958 y efectivamente, había una tienda de comestibles "Borregón Hnos S.A." en Conde de Peñalver 15.

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  2. Solo entre una vez en ese local y fue rápida la visita, al ratito de entrar se produjo una pelea, cosa habitual en la época y salimos corriendo.

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