Madrid y el cine: York Club

Nacida en los años 50 al calor del creciente sector del ocio vespertino y nocturno para gentes pudientes, la sala de fiestas York Club se abrió en el sótano del cine Pompeya, en el número 70 de la Gran Vía. El primer anuncio en prensa que he encontrado es de 1953:


Hoja Oficial del Lunes, 30 de noviembre de 1953 

Té, espectáculos, bailes, orquestas. Lo habitual en aquellos años. El York Club siempre fue un local ecléctico, en el que cabía todo tipo de espectáculo, incluidos los de cómicos y telépatas.


Pueblo, 14 de febrero de 1955

Lo mismo en cuanto a estilos musicales: tenía cabida todo, de los boleros y pasodobles de Jorge Sepúlveda al show arrevistado (y de Raphael a Lilián de Celis, por nombrar algunos de los muchos cantantes que actuaron aquí).


Pueblo, 16 de febrero de 1955


Pueblo, 2 de julio de 1956


Es en estos años cuando se rueda en la sala una escena de la amable y un poquito insulsa comedia El fotogénico (1958) que nos adentra en el local y sus detalles. Antonio, el protagonista, ha venido a Madrid porque su sueño es conocer a su actriz y cantante favorita, Carmen Reyes. En el hotel donde ella se aloja se produce una confusión: unos periodistas le confunden con un famoso actor y cantante que tiene una relación con Carmen. Por un asunto de dinero, Carmen da por buena la confusión y le pide a Antonio que se haga pasar por su novio. El primer acto social de la presunta pareja es asistir con amigos al York Club, donde le piden a Carmen que interprete un tema:


Madrid y el cine: York Club

Madrid y el cine: York Club
El fotogénico (Pedro Lazaga, 1958)


Fijémonos en el fondo del escenario, un entelado con formas romboidales con el pico en relieve,  que permanecerá durante toda la vida del local y que veremos más adelante en color. Veamos también detalles de la escalera interior desde arriba y desde abajo:


Madrid y el cine: York Club

Madrid y el cine: York Club
El fotogénico (Pedro Lazaga, 1958)


En 1958, el año en que se estrenó esta película, se produjo la detención de José María Jarabo (más conocido como el Jarabo) por varios crímenes cometidos durante ese año. En enero de 1959 muchos periódicos, en la crónica del juicio -que terminó con una condena a garrote vil- hacen recuento del pasado violento de este asesino. Entre los muchos sucesos que protagonizó, está una riña en el York Club, en 1955, en la que acabó herido por un golpe en la cabeza con una botella. Para tener el cuadro completo, recordemos que Jarabo formaba parte de una familia adinerada. Y si se quiere saber más sobre él, siempre se puede ver el episodio Jarabo de la serie de RTVE La huella del crimen, dirigido por Juan Antonio Bardem.

En los años 60 la sala se anuncia insistentemente como la mejor refrigerada de Europa:


Pueblo, 10 de julio de 1961

Pero parece que en algún momento, incluso en el hostil estío madrileño, se les fue la mano con la refrigeración:

Pueblo, 15 de junio de 1961


No parecen tener problema con la temperatura los participantes en la entretenida comedia El grano de mostaza (1962). Evelio, el protagonista, tiene un grave problema: ha discutido con un hombre muy faltón y el episodio ha terminado en un reto a duelo que ahora teme. Con esa preocupación encima, tiene que acudir sin embargo al York Club porque su mujer le recuerda que han quedado con los Toledano en merendar allí. Cuando llegan, la orquesta está tocando un chachachá; ella se pide un té completo, y él, tila con azahar:

Madrid y el cine: York Club

Madrid y el cine: York Club
El grano de mostaza (José Luis Sáenz de Heredia, 1962)


En la segunda foto, a la izquierda del camarero, podemos ver en detalle unas lámparas decorativas muy llamativas y características del local que seguiremos viendo en sucesivos fotogramas.

Mientras su mujer y sus amigos bailan y se divierten, Evelio se va a la zona de la barra a tomarse un coñac para calmarse:

Madrid y el cine: York Club
El grano de mostaza (José Luis Sáenz de Heredia, 1962)


Mari Pili, probablemente una chica de alterne (como se decía entonces), le habla y eso le da una idea para intentar quitarse de encima a su enemigo. Pero lo más curioso para nosotros es que durante este breve diálogo la cámara se dirige al otro lado de la barra, y pasamos del whisky al asador de pollos. Entonces quizá fuera muy moderno, pero... ¿alguien imagina hoy un asador de pollos en una discoteca?


Madrid y el cine: York Club
El grano de mostaza (José Luis Sáenz de Heredia, 1962)


De la década de los 60 es también el proyecto de la frustrada película Los de Loeches, cuyo guion describe la visita de un grupo de escolares a las zonas pobres de Madrid y que iba a ser dirigida por Ana Mariscal. Escrito el guion, buscadas las localizaciones, hechos el plan de rodaje y las pruebas para la elección de los actores, fue prohibida por la censura. Entre los muchos escenarios exteriores e interiores elegidos estaba el York Club, en el que transcurrían las secuencias 12 y 13:


Exposición Errantes y perseverantes. Filmoteca Española


Seguimos todavía en los años 60, ahora con un interesante drama taurino: De barro y oro (1966). Buena fotografía, tono por momentos casi documental, cuenta la historia de Manuel, que llega a Madrid para ser torero. Dos amigos, Juan, un cantaor alcohólico y arruinado, y Lola, una cantante que actúa en el York Club, intentan ayudarle a conseguirlo.

Una noche Manuel va a buscar a Lola al York Club pero no le dejan entrar, probablemente por su aspecto de mindundi, así que espera en la entrada hasta que ella sale:


Madrid y el cine: York Club


Madrid y el cine: York Club
De barro y oro (Joaquín Bollo Muro, 1966)


Lola y Manuel empiezan una relación amorosa que acabará mal: ella, buscando que él triunfe, cederá para ello ante el deseo sexual de un poderoso empresario; él no la podrá perdonar.


Madrid y el cine: York Club

Madrid y el cine: York Club
De barro y oro (Joaquín Bollo Muro, 1966)


A partir de ahora, y de manera acorde con la lenta pero inexorable decadencia del local, las películas rodadas en él (al menos las localizadas hasta ahora) serán básicamente comedias de medio pelo. Todavía en los finales de los 60, se ruedan aquí varias escenas de 40 grados a la sombra (1967), título indicativo donde los haya: verano sofocante en Madrid y tres hombres optan por diferentes maneras de soportarlo. La de Jacinto, que protagoniza estas escenas, es ejercer de Rodríguez en la más pura tradición landista.


Madrid y el cine: York Club
40 grados a la sombra (Mariano Ozores, 1967)


Jacinto intenta sin éxito ligar con una cantante ye-yé que actúa en el York Club y que canta la popular canción que da título a la película:


Madrid y el cine: York Club

Madrid y el cine: York Club
40 grados a la sombra (Mariano Ozores, 1967)


En sus incursiones en el York Club, Jacinto siempre tiene la mala suerte de encontrarse con alguna de las clientas del gabinete de estética en el que trabaja y en el que adopta modales sumamente amanerados. Como en esta escena, que nos permite ver otros detalles de la decoración del local: un mural con motivos africanos, que tanto se usaron en las salas de fiestas inauguradas en los 40 y los 50.


Madrid y el cine: York Club
40 grados a la sombra (Mariano Ozores, 1967)


El local va tomando esos aires de ligoteo y sexo fácil que primarán, en el cine y parece ser que en la realidad, en sus últimos años. En La graduada (1971), la protagonista, Tina, llega de su pueblo con necesidad, como ella misma dice, de juergas y amor, y busca las enseñanzas de una vecina, que trabaja en el local, según ella, viviendo del descorche (o sea, de alternar con los clientes). Allí que lleva a Tina, que parece vestida, le dice su vecina, para un consejo de administración:


Madrid y el cine: York Club
La graduada (Mariano Ozores, 1971)


Se sientan a la mesa con colegas de la vecina, todas a la espera de membrillos, que llegarán pronto, porque al día siguiente sale el Boletín Oficial, es decir, que hay en la ciudad hombres de negocios que vienen al local a resolver asuntos oficiales. 


Madrid y el cine: York Club
La graduada (Mariano Ozores, 1971)


Del mismo año, Préstame quince días (1971) cuenta la historia de Iris y Galdino. Este ha vuelto de Alemania en tren porque su madre está enferma, y antes de ir a su pueblo decide echar una cana al aire en el York Club. Allí actúa Iris, que es la vedette principal de un ballet procedente de Las Vegas: The Green Dolls. Después de la actuación, toman unas copas juntos y bailan.


Madrid y el cine: York Club

Madrid y el cine: York Club
Préstame quince días (Fernando Merino, 1971)


Galdino se da cuenta de que Iris puede solucionar un problema acuciante para él. Cierran un trato y salen juntos del local. Y hasta aquí puedo contar.

Madrid y el cine: York Club
Préstame quince días (Fernando Merino, 1971)


La última aparición del York Club en el cine es en la lamentable comedia Polvo eres (1974). Un guion absurdo conduce a un par de venerables y beatas ancianitas a acompañar a su sobrino por los cabarés de Madrid en busca de Rocío, la mujer de este.

Madrid y el cine: York Club

Madrid y el cine: York Club
Polvo eres (Vicente Escrivá, 1974)

 Las bailarinas de los ballets llevan ya menos ropa, lo que provoca una divertida conversación entre las ancianas y su sobrino:

Madrid y el cine: York Club
Polvo eres (Vicente Escrivá, 1974)


Doña Socorro.- Oye, ¿y no les da ninguna vergüenza estar en cueros?
Camilo.- Sí, pasará como en las playas, que en cuanto se acostumbra uno, parece natural.
Doña Angelines.- Eso será, porque yo..., que Dios me perdone..., me encuentro como si estuviera en Benidorm. ¡Qué monas son!
 
El último anuncio publicitario del York Club que hemos podido hallar es de 1978 y viene a confirmarnos el derrotero que había tomado el establecimiento, en el que, definitivamente, habían desaparecido las meriendas con té de la tarde:


Pueblo, 24 de abril de 1978


Entonces demasiado joven, yo nunca fui al York Club, ni al de las meriendas ni al de los sex shows. Ni siquiera sabía que tenía debajo todo ese mundo cuando alguna vez fui al cine Pompeya, hoy La chocita del loro. Pero aunque entonces lo desconociera, hoy me satisface recuperar la memoria de esta sala de fiestas tan cinematográfica, ya casi olvidada.





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