Madrid y el cine: Sedes del Instituto Cervantes

Desde su creación en 1991, el Instituto Cervantes ha tenido varias sedes en la comunidad de Madrid, y todas ellas han aparecido, coexistiendo con este organismo o no, en el cine.

La primera fue el Colegio del Rey de Alcalá de Henares, un edificio de los siglos XVI y XVII fundado como colegio universitario en el que estudiaron Antonio Pérez, secretario de Felipe II, y el escritor Francisco de Quevedo. Fue primero patrimonio real, después -en el siglo XIX- subastado y convertido en residencia privada y finalmente, en los años 80, del Ayuntamiento de Alcalá, que lo cedió al Instituto Cervantes.   

Es en los años de transición y probable desuso y falta de mantenimiento, en los 70 y los 80, cuando encontramos imágenes del Colegio del Rey en el cine. En la curiosa comedia Los buenos días perdidos (1975), Lorenzo, exseminarista y campanero, llega a un pueblo castellano donde quiere conseguir el puesto de guardia urbano. En ese pueblo -que al principio es Sepúlveda, en Segovia, pero que luego es sucesiva y alternativamente Alcalá de Henares, Pinto y Loeches-, vive Cleofás, antiguo compañero del seminario, sacristán, peluquero y profesor de latín, al que Lorenzo va a ver. En lo que parece el claustro de la iglesia que custodia -que por fuera es la catedral magistral de Alcalá y por dentro la iglesia de Santo Domingo de Silos de Pinto-, escuchamos a Cleofás y a Lorenzo recordando sus años en el seminario y hablando de sus esperanzas frustradas mientras el primero cuida de sus animales: cabras, cerdos, gallinas, etc. Se trata en realidad del patio del Colegio del Rey.


Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Los buenos días perdidos (Rafael Gil, 1975)


También los personajes de la segunda película tienen que ver con la iglesia católica. En concreto con una escisión de ella: la iglesia palmariana. La parodia Manuel y Clemente (1986) cuenta, de un modo bastante fiel aunque en tono satírico, la creación de esta secta cuya existencia llega hasta nuestros días y que tiene su sede en El Palmar de Troya (Sevilla).

Clemente y Manuel, los impulsores de esta iniciativa, están en Sevilla capital. Ya tienen muchos seguidores y buscan un espacio donde instalar un seminario. La oportunidad es un "hotel vacío" que terminan alquilando y donde se celebrará la ordenación de estos fundadores como obispos por parte de un obispo de Vietnam. Este hotel vacío es también el Colegio del Rey; no me atrevo a afirmar que los interiores lo sean, aunque así lo creo, por no haber encontrado imágenes para contrastarlo, pero claramente lo es el claustro o patio:


Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Manuel y Clemente (Javier Palmero, 1986)

Asimismo, se aprovechó el viaje del equipo a Alcalá de Henares para usar la fachada del Colegio del Rey en otra escena ubicada, supuestamente, en un juzgado de Utrera:


Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Manuel y Clemente (Javier Palmero, 1986)


El Colegio del Rey sigue siendo sede oficial del Instituto Cervantes, pero en 1999 el grueso de la administración de este organismo se trasladó al palacio de la Trinidad, en el número 82 de la calle Francisco Silvela. Un palacete de estilo regionalista que podría pasar por andaluz y que se construyó en 1929. En los años 40 pasó a manos del Estado y, tras la marcha del Instituto Cervantes -que se instaló en su sede actual en 2006-, quedó en desuso y estaba en franco deterioro hasta que en 2015 lo compró Pescaderías Coruñesas (por cierto, que esta empresa ha hecho últimamente otras compras patrimonialmente relevantes en Madrid: el restaurante Lhardy y la Casa de Allende en la plaza de Canalejas). Nuestro palacio, actualmente restaurado, de momento se utiliza para eventos y rodajes como el que vamos a comentar.

En el interesante y delicado drama Las niñas de cristal (2022), las protagonistas son dos jóvenes bailarinas de una importantísima compañía de danza clásica. Vemos crecer su amistad y vemos la enorme presión que rodea a estos bailarines cuando acuden a los ensayos, que se celebran en el palacio de la Trinidad. Hay escenas en el exterior, en la entrada y en el jardín que antecede al palacio:


Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Las niñas de cristal (Jota Linares, 2022)

También hay escenas en el interior, donde presenciamos los ensayos:

Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Las niñas de cristal (Jota Linares, 2022)

Hace unos días, leí también en la prensa que el palacio estaba siendo escenario del rodaje de algún episodio de la tercera temporada de la serie estadounidense The Walking Dead: Daryl Dixon & The Book of Carol. No sé si llegaré a verla, no son muy de mi gusto las películas de zombis.


Como ya ha quedado dicho, en 2006 el Instituto Cervantes se trasladó a su sede actual, el más conocido de los tres edificios en los que ha estado: el llamado popularmente edificio de las Cariátides, en la calle Alcalá esquina con la calle Barquillo. Un edificio que a su valor arquitectónico suma el de su emplazamiento, pues es bien visible desde puntos neurálgicos de la ciudad como la plaza de la Cibeles y el encuentro de las calles Gran Vía y Alcalá. Es tan conocido que en algunas películas no se nos ofrece su imagen completa sino un fragmento, que se supone es suficiente para identificar el lugar y la ciudad:

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
La verbena de la Paloma (José Luis Sáenz de Heredia, 1963)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
El gran marciano (Antonio Hernández Núñez, 2000)

En el cine de ficción, la primera imagen que he encontrado es de la película muda Viva Madrid, que es mi pueblo (1928). Como en muchas otras ocasiones, este edificio sirve, junto con otros muy representativos, para hacer una presentación de la ciudad, pero la acción no transcurre cerca. En esta época, todavía era sede del Banco Español del Río de la Plata, para lo que se construyó, y aún no se había hecho la ampliación en la calle Barquillo:


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Viva Madrid, que es mi pueblo (Fernando Delgado, 1928)


Esta perspectiva del edificio, desde el otro lado de la calle Alcalá, de frente o desde lo alto, o bien la perspectiva desde el centro de la calle, con el edificio asomando a la izquierda, y mirando hacia la plaza de Cibeles, se repite en muchísimas películas de todas las épocas en las que este es un escenario de paso, que nos muestra a los personajes recorriendo la ciudad.

Es el caso de El último caballo (1950), cuyo protagonista pasa a caballo por aquí, dejando a su izquierda el edificio,  que ya era la sede del Banco Central:


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
El último caballo (Edgar Neville, 1950)

Todos los demás van en coche:


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Nadie lo sabrá (Ramón Torrado, 1953)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
El pórtico de la gloria (Rafael J. Salvia, 1953)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Los peces rojos (José Antonio Nieves Conde, 1955)

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Hay que educar a papá (Pedro Lazaga, 1971)

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Un lujo a su alcance (Ramón Fernández, 1975)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Yo soy Fulana de Tal (Pedro Lazaga, 1975)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
La vida de nadie (Eduard Cortés, 2002)


Otras veces, los protagonistas van por la plaza de Cibeles, dejando el edificio a sus espaldas o a su izquierda, y nos ofrecen su visión junto con la del palacio de Buenavista:


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
El último caballo (Edgar Neville, 1950)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Manicomio (Luis María Delgado y Fernando Fernán Gómez, 1954)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Un día perdido (José María Forqué, 1954)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
El crack (José Luis Garci, 1983)

Es muy frecuente encontrarlo también en una de las vistas más características de la ciudad (tanto en el cine como en pintura como en postales): desde la plaza de Cibeles o, pasada esta, desde el tramo entre la plaza de Cibeles y la Puerta de Alcalá, formando conjunto arquitectónico con el Banco de España, y detrás, el encuentro de Alcalá con Gran Vía, el edificio Metrópolis.


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Honeymoon (Michael Power, 1959)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Armas contra la ley (Ricardo Blasco, 1961)

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
¡Es mi hombre! (Rafael Gil, 1966)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
¿Qué hacemos con los hijos? (Pedro Lazaga, 1967)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Enseñar a un sinvergüenza (Agustín Navarro, 1970)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Muerte de un quinqui (León Klimovsky, 1975)


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
En la puta calle (Enrique Gabriel, 1997)

En la última imagen podemos ver perfectamente que nuevamente había habido una fusión bancaria y que en el momento de rodaje de la película el edificio era sede del Banco Central Hispano.


En las películas que hemos visto hasta ahora, el edificio que hoy alberga el Instituto Cervantes sirve para la ubicación de la película en la ciudad o forma parte del decorado urbano que atraviesan los personajes en sus trayectos, a caballo o en coche, pero no tiene ninguna relación con la trama, que no transcurre cerca de él. 

No es así en el caso de la famosa comedia Manolo, guardia urbano (1956), pues el popular guardia de tráfico, dechado de virtudes, ejerce su trabajo en la mismísima plaza de Cibeles. Por eso vemos en varias ocasiones el edificio desde distintas perspectivas:


Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Manolo, guardia urbano (Rafael J. Salvia, 1956)

En otra famosa comedia, ¿Qué hacemos con los hijos? (1967), Antonio, taxista, es entrevistado en este lugar por un reportero de Televisión Española por haber devuelto a sus dueños una cartera con 200.000 pesetas que se habían olvidado en el taxi:

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
¿Qué hacemos con los hijos? (Pedro Lazaga, 1967)

En la extraña, sorprendente e inclasificable Niño nadie (1996), el protagonista, Evelio, habla con el chófer de unas conocidas en la puerta de la cafetería del Círculo de Bellas Artes, y la cámara se orienta hacia el edificio que nos interesa:


Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Niño nadie (José Luis Borau, 1996)

Pero la escena más impactante, en este caso rodada delante mismo del Banco Español del Río de la Plata -convertido ya en sede del Instituto Cervantes-, la vemos en el reciente thriller Todos los nombres de Dios (2023). Santi, taxista, después de socorrer a un hombre al que cree víctima de un atentado terrorista, termina con su cuerpo convertido en una bomba humana: si deja de andar, los explosivos adosados a su cuerpo explotarán. Por orden de los terroristas, todo está siendo retransmitido en directo por los medios de comunicación. Las fuerzas de seguridad, aliándose con la inteligencia artificial, tienen una idea para intentar salvar la vida de Santi; para ello, lo acompañan por la Gran Vía, la calle Alcalá y, finalmente, la calle Barquillo. 


Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes

Madrid y el cine: Instituto Cervantes
Todos los nombres de Dios (Daniel Calparsoro, 2023)


Como veis, en la calle Barquillo hay un camión... y hasta aquí puedo contar.




Comentarios