Ruta cinematográfica por los Cuatro Caminos (y un poco de Bellas Vistas)

Hoy pasearemos por las cercanías de la glorieta de Cuatro Caminos. Cruce de calles, barrios y gentes; "antiguo corazón obrero y republicano de Madrid", en palabras de Moncho Alpuente.

Nuestro punto de partida es la salida del metro, en concreto la salida a Santa Engracia. Según salimos de ella, el primer edificio que encontramos a nuestra izquierda es el Colegio Cervantes, un edificio neomudéjar, como tantos otros del barrio. Fue diseñado por el arquitecto Antonio Flórez Urdapilleta (igual que muchos grandes colegios de Madrid de la época: Madrid y el cine: colegios de Antonio Flórez Urdapilleta) e inaugurado en 1918. 

Aparece fugazmente en la comedia Nadie lo sabrá (1953), cuando el protagonista va a coger el metro, que, como se puede ver en el fotograma, se encontraba entonces en la acera opuesta.


Nadie lo sabrá
Nadie lo sabrá (Ramón Torrado, 1953)

Cruzamos hasta donde antiguamente estaba la boca de metro y nos encontramos justamente frente a un edificio con un precioso mirador curvo, que está en el vértice de las calles de Santa Engracia y Bravo Murillo. El edificio, terminado en 1915, vio llegar el metro, fue testigo de la construcción del Grupo Escolar Cervantes y del edificio Titanic (al otro lado de la plaza), así como del montaje (y posterior desmontaje) del horroroso scalextric que durante unos años borró la plaza de la vista de los peatones. 


Nadie lo sabrá
Nadie lo sabrá (Ramón Torrado, 1953)

En su planta baja existió durante muchos años una oficina de correos (hay fotos de la época de la guerra civil que así lo atestiguan), a la que va también el protagonista de la misma película:


Nadie lo sabrá
Nadie lo sabrá (Ramón Torrado, 1953)

También vemos este bonito edificio, con la calle Bravo Murillo discurriendo hacia la glorieta de Quevedo, en el anodino drama Amor, curiosidad, prozac y dudas (2001):


Amor, curiosidad, prozac y dudas
Amor, curiosidad, prozac y dudas (Miguel Santesmases, 2001)

En esa dirección nos encaminamos hasta la calle Bravo Murillo, número 93. En esta iglesia neogótica ya centenaria, la parroquia de Santa María de los Ángeles, se casan Carmen y Juan, los protagonistas de esa por momentos descacharrante comedia Esa pareja feliz (1953):


Esa pareja feliz
Esa pareja feliz (J.A. Bardem y L.G. Berlanga, 1953)

A la salida de la boda, casi, en lugar de arroz, les cae el agua de un empleado de la limpieza municipal (¡ah, esos tiempos en que estos empleados regaban con manguera!). El segundo fotograma nos permite ver el solar del número 95, en el que parece haber alguna dependencia de la iglesia, y que hoy está ocupado por un bloque de pisos modernos.


Esa pareja feliz
Esa pareja feliz (J.A. Bardem y L.G. Berlanga, 1953)

Retrocedemos hasta Cuatro Caminos, caminando por la acera de la iglesia. 

Esta populosa plaza ha sufrido bastantes cambios de fisonomía. Durante parte del siglo XX tuvo en su centro una fuente, la de Isabel II, procedente de la Puerta del Sol; en los años 40, se instaló en su lugar algo que de lejos parecía una farola, pero era un reloj con cuatro esferas. Dicen que las esferas no estaban bien sincronizadas, y eso, en una época en la que mucha gente carecía de reloj, debió de traer a más de uno por la calle de la amargura. 

Seguro que no tenía reloj Carlos, uno de los dos protagonistas de la comedia dramática Fulano y Mengano (1957), una película que, simple en su planteamiento y sin grandes ambiciones, es sin embargo uno de los mejores retratos urbanos del Madrid de la época. Carlos deambula por Madrid en busca de trabajo; sin rumbo, sin horario, seguramente no le importaría mucho el reloj, que queda a sus espaldas (de todos modos, tampoco podría ver la hora, porque a finales de esta década las esferas ya habían desaparecido). Tampoco prestaría mucha atención al anuncio -un luminoso de neón- de Philips, que se vio tantos años desde la plaza.

Fulano y Mengano
Fulano y Mengano (Joaquín Romero Marchent, 1959)

Llegó después la época del dichoso scalextric, de cuyo impacto visual en la plaza da cuenta la topiquísima y absurda comedia Aunque la hormona se vista de seda (1971), cuando Fermín, después de dejar a su novia plantada en el altar, corre por todo Madrid perseguido por ella y por varios de los invitados.


Ruta cinematográfica por los Cuatro Caminos

Ruta cinematográfica por los Cuatro Caminos
Aunque la hormona se vista de seda (Vicente Escrivá, 1971)


Tras la desaparición del scalextric en 2005, en el centro de la plaza se creó un impersonal jardín que podemos ver cuando Raimunda viene con su hija a Tetuán a ver a su hermana en el conmovedor melodrama Volver (2006):


Volver
Volver (Pedro Almodóvar, 2006)

Atravesamos la plaza y nos encaminamos por Bravo Murillo hacia la plaza de Castilla, caminando por la acera izquierda.  

Pronto, en el número 107, que hace esquina con un entrante que da a una plaza -un espacio creado sobre unas antiguas cocheras de la Empresa Municipal de Transportes-, encontramos una cafetería. Aquí estuvo durante muchos años una de las desaparecidas cafeterías Nebraska, en la que está tomando un café Diego, uno de los tres protagonistas del desgarrador triángulo amoroso del drama Segunda piel (1999). Diego es amante de Alberto, que está casado con Elena, y vive justamente enfrente de la cafetería. Dentro de un momento va a volverse y verá algo extraño en el mirador de su piso. Pero de eso hablaremos más adelante.


Segunda piel
Segunda piel (Gerardo Vera, 1999)

Continuamos por Bravo Murillo hasta la siguiente bocacalle, la calle Almansa. En ella nos adentramos, hasta llegar al encuentro con la calle Topete (pero antes de llegar allí, y aunque no aparezca en ninguna película, fíjate en el número 10 de la calle, no dejes de admirar la preciosa fachada de la herboristería).

Llegados al cruce, hemos de mirar hacia nuestra izquierda para apreciar la bella fachada esgrafiada del número 13 de la calle Almansa. Es la misma que se ve al fondo de estos fotogramas del drama sobre la inmigración Cosas que dejé en La Habana (1997):


Cosas que dejé en La Habana
Cosas que dejé en La Habana (Manuel Gutiérrez Aragón, 1997)

Oportuna película, pues la llegada desde Cuba a Tetuán de Nena, Rosa y Ludmila, a las que cargadas de maletas y bolsas vemos entrar en la calle Topete, coincidió con la llegada de miles de emigrantes cubanos y dominicanos a esta zona del barrio, que comenzó a ser conocida como el pequeño Caribe

Los viejos comercios y bares que entonces todavía existían han ido siendo reemplazados por negocios similares de estos nuevos vecinos. Como el bar Atanasio del número 3 de la calle Topete, hoy una frutería, o el bar El cinco del número 5 (¡oh, sorpresa!), hoy bar Caracol.

 

Cosas que dejé en La Habana
Cosas que dejé en La Habana (Manuel Gutiérrez Aragón, 1997)

Nena, Rosa y Ludmila son acogidas por su tía María, que vive en el número 5 de la calle Topete. 

Cosas que dejé en La Habana
Cosas que dejé en La Habana (Manuel Gutiérrez Aragón, 1997)

Pero esta historia no da lugar a complacencias ni buenismos: su propia tía intentará abusar de su condición de sin papeles. La vida no va a ser fácil para ellas en Madrid.


Regresamos sobre nuestros pasos, a la calle Almansa y de ahí a Bravo Murillo. Y otra vez, sin que medie película alguna, al asomarte a la calle Almansa te sugiero que te fijes en el mural pintado en la medianera. La obra es de La Artigua, una escuela de arte del barrio, y habla del amor entre personas ancianas. 

Llegados a Bravo Murillo, giramos a la izquierda hasta encontrar un paso de peatones. Justo ahí hay una tienda de cafés La Mexicana, la misma que se ve en este otro fotograma de Volver, porque Raimunda y Paula aún no han llegado a casa de Sole, que vive en la calle Tenerife, ya cercana:


Volver
Volver (Pedro Almodóvar, 2006)

Cruza por el paso de peatones a la otra acera de Bravo Murillo; llegarás justamente a la puerta del Mercado de Maravillas, una de las joyas del barrio. Toma dirección a Cuatro Caminos. Pasada una pizzería, encontrarás la entrada a un gimnasio. Mira la fachada y verás un cartel enorme que dice Cines Cristal. Este antiguo cine, inaugurado en 1947, desapareció definitivamente en 2006, después de haber pasado por un proceso de adaptación y convertirse de un gran cine en varias minisalas.


Sigue por Bravo Murillo hasta llegar a la esquina con la calle Guipúzcoa. Entrando en ella te encontrarás con Diego, de la película Segunda piel, que corre hacia ti, y si llegas más o menos hasta la puerta del número 1, que es donde está la entrada al edificio, y miras hacia Bravo Murillo, tendrás la visión del segundo fotograma, con la entrada a las antiguas cocheras de la EMT de fondo y unos toldos de una tienda de alfombras que permanecen hasta hoy:


Segunda piel
Segunda piel (Gerardo Vera, 1999)

Dentro de unos segundos va a producirse un accidente que cambiará la vida de Diego y otras personas. 

Días después, lo encontramos en la cafetería Nebraska. Mira hacia su casa, en el edificio moderno de miradores acristalados que hace esquina con la calle Bravo Murillo, y ve que Elena, la mujer de su antiguo amante, se asoma al mirador.

Segunda piel
Segunda piel (Gerardo Vera, 1999)

Las imágenes finales de la película nos muestran a Diego y Elena paseando por esa zona de Bravo Murillo hacia Cuatro Caminos:


Segunda piel
Segunda piel (Gerardo Vera, 1999)

Y con ellos volvemos a la glorieta. La bordeamos por la izquierda hasta llegar al cruce con la calle Raimundo Fernández Villaverde. 

Compara la visión que tienes ahora con la que había en los años 70, cuando hacía poco que se había inaugurado el scalextric. Es una imagen de una muy setentera comedia, Vida conyugal sana (1974), de tonto argumento pero muy llevadera.


Vida conyugal sana
Vida conyugal sana (Roberto Bodegas, 1974)

Al fondo a la derecha asoma el Hospital de Jornaleros u Hospital de Maudes, uno de los edificios más interesantes de la zona, que actualmente es sede de la Consejería de Obras Públicas de la Comunidad de Madrid.

Aquí tienes que tomar una decisión: o cruzas la glorieta y tomas el metro en el mismo lugar por donde saliste, o continúas un poco más el paseo para ver más de cerca el edificio. Si haces esto último, cruza el paso de peatones y baja por la acera derecha de Raimundo Fernández Villaverde. Luego puedes bordear el edificio siguiendo la ruta que aparece en el mapa de debajo (es la parte que está en azul).

Sobre el hospital de Maudes escribiré otra entrada, porque claro, en él se han rodado varias películas. Pero eso será otro día. 

Y si me dices que esta entrada no te ha gustado, te contestaré con una frase que fue muy popular en el barrio: ¡Eso no me lo dice usté en los Cuatro Caminos!








Comentarios

  1. No conocía el dicho "antiguo corazón obrero y republicano de Madrid" del estimado Moncho Alpuente el de "Miel de la Granja San Tarsicio", muy acertado, he leído en algún sitio que también a Cuatro Caminos le llamaban "la pequeña Rusia". Tampoco conocía el poste reloj con las cuatro esferas, buen paseo nos has dado Marisa, menos mal que al final para reponer fuerzas nos hemos tomado una tortitas americanas en el Nebraska.

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    1. Jajaja, me encanta lo último que dices. Oye, lo de pequeña Rusia yo siempre lo he oído de Vallecas, no de Tetuán. De lo que no tengo ni idea es de la relación entre Moncho Alpuente y la miel de la granja San Tarsicio, ¿cuál es?

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  2. Como se nota que es usted una jovenzuela de esas que van por Fuencarral calle, y no ha oído un programa de radio de hace muchos años que hacía Moncho, lo que ya no recuerdo era el título no como se llamaba ...

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    1. Bueno, jovenzuela, lo que se dice jovenzuela, más bien no. Pero en fin, no recuerdo el anuncio, la verdad

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