Madrid y el cine: Lo que el tiempo se llevó (2)

El neogótico de entresiglos no gozó de gran suerte en Madrid. Dos iglesias de ese estilo fueron barridas por la fiebre constructora y especulativa que trajeron las décadas de los 60 y los 70. 

Una, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en el número 40 de la calle Conde de Peñalver, sucumbió en 1967. En ella se había rodado una escena de la divertida comedia costumbrista Historias de la radio (1955): a don Senén Santiago Pumarolas lo llaman de un programa de la radio y le dicen que, si antes de media hora se presenta allí, le dan dos mil pesetas, pero quien ha cogido el teléfono es un inquilino de don Senén, que le debe 640 pesetas. El inquilino está en la casa de su casero a punto de robarle para pagarle la deuda, y, conociendo las costumbres de don Senén, va a buscarle a misa, a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario:   


Historias de la radio
Historias de la radio (José Luis Sáenz de Heredia, 1955)

La iglesia está abarrotada. El inquilino avanza por el lateral derecho y ve a don Senén sentado en la zona central, a bastante distancia. Le hace señas pidiéndole que salga pero no lo consigue, así que le pide a la primera persona de la fila que transmita su mensaje:

- Por favor, dígale que es urgente, que no admite espera.

Por interferencias explicadas por la teoría del ruido, después de pasar por varias personas el mensaje que le llega a don Senén es muy distinto:

- Que dice que está su tía muy mala, con un ataque de asma.

Aunque sorprendido, porque no tiene ninguna tía, por fin sale de la iglesia, y a su puerta parlamentan inquilino y casero. Es curioso observar cómo la indumentaria nos muestra claramente quién es quién:


Historias de la radio
Historias de la radio (José Luis Sáenz de Heredia, 1955)

Esta iglesia, tras su derribo, fue sustituida por un nuevo templo de estilo brutalista. Un cambio brutal, sí.


Google Maps


La segunda iglesia neogótica desaparecida es, también, la segunda iglesia del Buen Suceso, pues la primera con ese nombre fue la mucho más antigua que estuvo situada en la Puerta del Sol. Es la que se puede ver de perfil, a la derecha, en esta imagen de la comedia estudiantil Pasa la tuna (1960):


Pasa la tuna
Pasa la tuna (José María Elorrieta, 1960)

Un grupo de tunos va al aeropuerto a buscar a unas chicas que vienen a estudiar a Madrid y las pasean después por todo el centro de la ciudad, en un convoy alegre y pachanguero, al ritmo de El pío pío.

Aquí se acaba la historia de aquellos amores míos.
Ella se marchó con otro, yo me quedé haciendo pío, pío...

Desde el lado contrario, al fondo a la izquierda, podemos verla también en una típica comedia sesentera, Las secretarias (1968), la historia amorosa de tres chicas que trabajan en una compañía de seguros ubicada muy cerca:


Las secretarias
Las secretarias (1968, Pedro Lazaga)

La iglesia estaba en la calle Princesa, en el número 43, y fue derribada en 1975. Su desaparición fue acompañada de la de todo el barrio de Pozas, cuya numantina defensa intentó el dramaturgo Lauro Olmo, vecino del barrio, sin éxito. 

En lugar del barrio, hoy tenemos el mastodóntico edificio de El Corte Inglés, y en lugar de la segunda iglesia del Buen Suceso, tenemos la tercera:




No se puede vivir sin esperanza, y por eso vamos a fijarnos también en las desapariciones que han sido positivas para la ciudad y sus habitantes. Porque también han desaparecido ya algunas genialidades creadas -en las mismas dos décadas ominosas- en pro del uso del coche en Madrid: los pasos elevados sobre plazas que fueron rápidamente bautizados como scalextric. La mayoría de estas estructuras han sido ya desmontadas para bien de los peatones, que estaban rodeados de coches por tierra y aire.

El más espectacular, por cuanto más fealdad creaba, por sí mismo y porque tapaba la belleza de algunos edificios, fue el de la plaza de Atocha (oficialmente, plaza del Emperador Carlos V), inaugurado en 1968. Muy poquito después estaba rodando allí, como en otras muchas zonas de Madrid, el equipo de la irregular comedia El taxi de los conflictos (1969), de extenso y cualificado reparto pero de argumento errático y diálogos sosos:

El taxi de los conflictos
El taxi de los conflictos (Mariano Ozores, 1969)

Del mismo año es otra comedia, Soltera y madre en la vida (1969), que, aunque un tanto ranciamente, plantea un tema todavía candente en la sociedad de la época. Tras la boda de la protagonista soltera y madre en la basílica de Atocha, la película termina con esta otra buena panorámica de la plaza y su scalextric:


Madrid y el cine: Lo que el tiempo se llevó
Soltera y madre en la vida (Javier Aguirre, 1969)



Esta estructura existió hasta 1985 y podemos verla en otras películas de los años 70. El primer fotograma de debajo es de una comedia de paletos en la gran ciudad (subgénero de la comedia costumbrista muy querido en el desarrollismo), Jenaro el de los 14 (1974):


Jenaro el de los 14
Jenaro el de los 14 (Mariano Ozores, 1974)

También aparece en Operación Ogro (1979), una narración del atentado de ETA en el que murió el almirante Carrero Blanco, entonces presidente del gobierno. Una película con cierto tono documental que cuenta con detalle y rigor los preparativos del atentado.


Operación Ogro
Operación Ogro (Gillo Pontecorvo, 1979)

En el fotograma podemos apreciar muy bien las curvas de la estructura y, a la derecha, ver una parte del que todavía entonces era (o había sido hasta poco antes) el Hospital Ferroviario aledaño a la estación ferroviaria.

Este edificio se ve perfectamente en esta otra imagen de Enseñar a un sinvergüenza (1970), comedia banal y sin gracia, como tantas otras de las adaptaciones de las obras de Alfonso Paso.


Enseñar a un sinvergüenza
Enseñar a un sinvergüenza (Agustín Navarro, 1970)

El de Atocha no es el único gran scalextric que ha desaparecido. También lo hizo el de Cuatro Caminos, inaugurado en 1969 y desarticulado en 2004. En la tonta comedia Aunque la hormona se vista de seda (1971) se le exhibe ampliamente, como símbolo de la modernidad, atravesando la plaza, que el protagonista, después de plantar a su novia en el altar, cruza desalado huyendo de ella y de varios invitados:


Madrid y el cine: Lo que el tiempo se llevó

Madrid y el cine: Lo que el tiempo se llevó
Aunque la hormona se vista de seda (Vicente Escrivá, 1971)

En la zona alta de la estructura vemos aparecer a Juan (encarnado por el inefable Alfredo Landa) con su moto, viniendo de Cuatro Caminos y circulando por la calle Raimundo Fernández Villaverde, en una de las películas que mejor nos hablan de la Transición, El puente (1977).


El puente
El puente (Juan Antonio Bardem, 1977)

Juan comienza aquí un viaje durante un puente del mes de agosto que le va a mostrar una España desconocida para él. El scalextric es el primer paso hacia ese descubrir en que consiste esta olvidada road movie.


Dos edificios desaparecidos y dos estructuras que nunca debieron existir, en películas de todo pelaje, para todos los gustos. Si quieres leer más sobre este tema: Lo que el viento se llevó (1).






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