Madrid y el cine: Los portadores de la antorcha de la Ciudad Universitaria
Hoy haremos un recorrido cinematográfico alrededor de una escultura por la que siento predilección, no tanto por su ejecución sino por su simbolismo: los Portadores de la Antorcha, ubicada en la plaza de Ramón y Cajal, en la Ciudad Universitaria, entre las facultades de Farmacia, Medicina y Odontología.
Fue esculpida en aluminio por la estadounidense Anna Hyatt Huntington, que la donó a la ciudad de Madrid. Con esta y en general con España mantenía una intensa relación que vino propiciada por su matrimonio con Archer Milton Huntington, millonario, hispanista y fundador de la Hispanic Society of America, que había donado fondos para la construcción de la Ciudad Universitaria ya antes de la Guerra Civil.
La escultura se inauguró en 1955 y es en los años 60 cuando la encontramos en unas cuantas películas, en su mayoría relacionadas con estudiantes universitarios. En 1960, la primera escena de la comedia El cerro de los locos transcurre a su lado, cuando Carlos y Estrella compran unas pipas y comentan las andanzas toreriles de uno de sus compañeros:
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El cerro de los locos (Agustín Navarro, 1960) |
En otra comedia estudiantil del mismo año, Pasa la tuna, tenemos un primer plano de la estatua. Aquí podemos apreciar cómo el joven jinete recoge una antorcha de la mano de un hombre mayor, ya sin fuerzas, y, en el contexto de una universidad, entendemos que le traspasa la sabiduría, el conocimiento, la curiosidad por saber, en fin, todos los valores que debe transmitir una universidad.
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Pasa la tuna (José María Elorrieta, 1960) |
No podía faltar la visión de la estatua en la comedia universitaria por excelencia de nuestro cine, Margarita se llama mi amor (1961):
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Margarita se llama mi amor (Ramón Fernández, 1961) |
También de los años 60 es el amable drama, casi comedia romántica, Escuela de enfermeras (1968). Tres aspirantes a enfermera, que estudian en la Escuela de Enfermería ubicada en la película en la actual Facultad de Odontología y que curiosamente siempre van con su uniforme a cuestas, se cuentan sus historias amorosas cabe la estatua.
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Escuela de enfermeras (Amando de Ossorio, 1968) |
Algunos de sus comentarios, por cierto, poco tienen que ver con el espíritu universitario y mucho con la época. Como cuando una de ellas dice que tiene dos novios y otra le responde sorprendida:
- ¿Y con dos novios vienes a la escuela?
O como cuando la protagonista comenta:
- ¡Resulta tan dulce sentirse protegida por un doctor tan guapo y tan cariñoso como Ramón Peral!
Otra película de enfermeras y médicos, Hombres y mujeres de blanco (las damas primero, ejem, ejem) (1962), una coproducción hispano-argentina, recoge también una imagen de nuestra escultura justo al comienzo de la película:
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Hombres y mujeres de blanco (Enrique Carreras, 1962) |
Y vamos a otra comedia romántica de los 60, Vuelve San Valentín, en la que Leonor, estudiante de farmacia, y su amigo Manolo tienen una confusión sobre el lugar de su cita: Leonor espera junto a la estatua de Goya del Paseo del Prado, y Manolo junto a la de Velázquez. Cansada de esperar, Leonor se va a la Ciudad Universitaria y pasea pensativa por la plaza de nuestra estatua, hasta que Manolo, ayudado por supuesto por San Valentín, da con su paradero:
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Vuelve San Valentín (Fernando Palacios, 1962) |
El atractivo cinematográfico de la escultura parece desvanecerse pronto, pues apenas he encontrado apariciones posteriores.
A comienzos de los años 80, Santos, alto representante del PCE y Pepe Carvalho, detective, se entrevistan en la plaza de Ramón y Cajal, donde el segundo le cuenta al primero sus conclusiones sobre la investigación que le han encargado a propósito del asesinato de su secretario general. Todo ello sucede en la película de intriga y política Asesinato en el Comité Central, basada en una novela de Manuel Vázquez Montalbán.
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Asesinato en el Comité Central (Vicente Aranda, 1981) |
Por último, el grupo escultórico se ve como fondo en esta imagen de la comedia romántica Los miércoles no existen (2015):
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Los miércoles no existen (Peris Romano, 2015) |
En la época del rodaje de esta película, la estatua había perdido un elemento fundamental: su antorcha, que fue robada y se repuso unos años después. Robarle la antorcha a esta escultura fue robarle su alma: el traspaso de la sabiduría perdió su relevo y su transmisión quedó paralizada durante un tiempo. ¡Pero afortunadamente, como el cine, la escultura es únicamente una representación y no una realidad!
Comparto totalmente tu admiración por esta escultura, la veo desprender una fuerza sobrecogedora. Son varias las historias que recuerdo con respecto al monumento, te cuento una, está un poquito novelada...
ResponderEliminarEl 15 de junio de 1959, durante su primera visita a España (de las tres que realizó), Ernesto «Che» Guevara quiso ir a ver la zona Universitaria, y una de las fotos de aquel día se la tiraron frente a la Facultad de Medicina delante de la fachada. Hay también otra en la que se le ve al lado de la escultura. Ernesto reconocería a buen seguro esa estatua, la había visto realmente antes, aunque nunca había estado en España, ¿entonces? Hay una réplica en La Habana, que se ubica en la intersección de la Calzada de Ayestarán y la Avenida 20 de Mayo, de más de 3 metros de alto y con un peso aproximado de 1.500 kilos. Fue donada a Cuba en 1956 por Archer Milton Huntington, millonario y filántropo, esposo de Anna.
Dos regímenes políticos tan distintos compartían una misma escultura, porque el arte es universal y, su esencia, hermana a todos los seres humanos.
Aún hay otra curiosa coincidencia de Ernesto con Madrid y otro Ernesto, Ernest Hemingway. El primero se hospedó en el Hotel Suecia en su segunda estancia en la ciudad. Y a Hemingway lo tuvieron que sacar de ese mismo hotel a la fuerza. Para trasladarlo a los EE. UU., se le había ido la cabeza, y no quería salir de la habitación. Antes de este hecho había manifestado... te hace sentir muy triste que ya no volveré
a Madrid, ya no podré volver a ver el Museo del Prado.
Gracias por compartir estas historias, Jorge. Sí, además de esta escultura de Madrid hay varias réplicas en otras ciudades, entre ellas Valencia
EliminarHola, Marisa, me he encontrado otra en la que sale el monumento, se trata de «MADRID AL DESNUDO», 1979, de Paul Naschy.
ResponderEliminarMuchas gracias. Esa no la he visto pero la buscaré
ResponderEliminarHola, Marisa, otra en la que sale el monumento, no es que dosifique, es que salen buscando otras cosas, se trata de «MARAVILLA», 1957, de Javier Setó.
ResponderEliminarSí, entiendo, eso pasa. Pues qué raro, esa sí que la he visto, le tendré que echar otro vistazo. ¡Gracias de nuevo!
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