Madrid y el cine: Canal Bajo de Isabel II en Tetuán

Hace un par de años se celebró en la Fundación Canal una exposición con fotografías de Charles Clifford sobre la construcción de las obras del Canal de Isabel II. La exposición, que fue muy visitada y alabada, nos mostró estupendas imágenes del desarrollo de una obra hercúlea que trajo el agua a la ciudad de Madrid hace ya camino de dos siglos. 

De esta magna obra de ingeniería quedan dentro de la propia ciudad muchos elementos que, habiendo perdido ya su función inicial, están mal conservados o casi desaparecidos. Hablamos del llamado Canal Bajo de Isabel II, que transcurre por el barrio de Tetuán.

Un par de películas de los años 60 y 70 dan testimonio de cómo en estas décadas aún sobrevivían, en mejor estado, por lo general, de lo que lo están actualmente.

La comedia No somos ni Romeo ni Julieta (1969), mala a rabiar pero una de las pocas rodadas en esta zona del barrio, nos muestra los paseos de las parejas por las zonas cercanas a las instalaciones  hidráulicas. Veamos a esta pelando la pava (como todavía se decía entonces) junto a lo que parece ser la estructura de una almenara, que aún se usaba para la distribución de agua, a juzgar por las imágenes:

No somos ni Romeo ni Julieta (Alfonso Paso, 1969)

Unos años después, en el drama político Camada negra (1977), Tatin, el protagonista, cachorro y émulo de toda una camada fascista, va a casa de Rosa, su futura víctima -que vive en la desaparecida Travesía de Mateo- trepando por la estructura de canales, acueductos y almenaras de la zona de Valdeacederas. Aquí lo vemos en la Almenara del Obispo, hoy prácticamente desaparecida:

Camada negra (Manuel Gutiérrez Aragón, 1977)

En ambas películas aparecen también los acueductos de la zona. En la primera, el Romeo y la Julieta tetuaneros pasean por un alto desde el que se ve el que parece ser el acueducto de los Pinos:

No somos ni Romeo ni Julieta (Alfonso Paso, 1969)

También vemos a Tatin y a Rosa, y a un grupo de niños jugando al fútbol, frente al acueducto de Valdeacederas:

Camada negra (Manuel Gutiérrez Aragón, 1977)

El último acueducto del Canal Bajo es el más grande, el que mejor se conserva -en su estructura, porque sus alrededores no suelen estar muy limpios ni cuidados- y en el que se han rodado más películas: el acueducto de Amaniel, ubicado junto a la avenida de Pablo Iglesias. 

Lo vemos en la comedia negra y costumbrista Justino, un asesino de la tercera edad (1994), cuando Justino, después de haber asesinado, tras violenta pelea, a un hombre en un paso subterráneo del barrio de Campamento, es llevado por la policía a un hospital, pues lo han tomado por un anciano borracho que se ha caído. Por el camino, Justino confiesa sus crímenes; los policías, para su mal, no le creen:

Justino, un asesino de la tercera edad (Santiago Aguilar y Luis Guridi)

El acueducto es testigo mudo de otro suceso cinematográfico luctuoso en el estupendo drama social En la puta calle (1997). Juan es un electricista en paro que ha venido a Madrid a buscarse la vida y apenas lo consigue. Una noche sale con su amigo Andy y vuelven paseando al lado del puente:

- Venga, negro, ¿cuál es tu sueño?

- Pues... ¿cuál va a ser? El de cualquier inmigrante, güey. Eso..., que algún día irá todo chévere y estaremos en la casa de ¿Lulu?, allá, con toda la familia, tomando agua de coco y sin tanta fatiga, ¡qué caray!

- ¿Esos son tus grandes proyectos? Jo, jo, jo...

En la puta calle (Enrique Gabriel, 1997)

Pero el proyecto de Andy no llegará a buen puerto...

En la puta calle (Enrique Gabriel, 1997)

Todas las escenas cinematográficas halladas son nocturnas, pues otro buen drama con inquietudes sociales, A cambio de nada (2015), encuentra en la noche y los alrededores del acueducto el escenario perfecto. Darío y Luismi, de 16 años, observan a las prostitutas apostadas a lo largo del puente para ser vistas por los coches que descienden la avenida de Pablo Iglesias; cuando se deciden a pagar a una, llega un camionero y se va con él.

A cambio de nada (Daniel Guzmán, 2015)

Muertes y prostitución son las imágenes que nos muestra el cine de este bello acueducto. Nada extraño para un entorno un tanto desolado, apenas transitado por peatones por su enorme pendiente y la estrechez de las aceras frente al enorme espacio dedicado a los coches. Más espacio para el viandante y mayor comunicación con el otro lado de la avenida de Pablo Iglesias harían de este lugar un espacio más frecuentado.

Ojalá se dé pronto tanta importancia a los restos del Canal Bajo como se les da a sus fotografías antiguas. ¿Por qué no? ¡Son tan antiguos como ellas!

Para saber más:

- Coordinadora Salvemos la Dehesa de la Villa (2013): Canal Bajo de Isabel II. Petición BIC.

- Torre Herrero, María (2022): Una cornisa olvidada: el Canal Bajo a su paso por Tetuán. Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Universidad Politécnica de Madrid.