Madrid y el cine: Plaza de las Comendadoras

A la vuelta de un breve viaje, veo con consternación que han talado varios árboles grandes que daban sombra a una parte de esta pequeña plaza, tan única en su zona. 

Un momento oportuno para observar la evolución de este rincón de Madrid a lo largo de su existencia cinematográfica, que, a falta de testimonios anteriores que no haya podido localizar, comienza en los años 50, en la comedia Nadie lo sabrá (1953). El protagonista, después de muchas peripecias y peligros debidos a su imprudencia, pasea plácidamente con su mujer y su hija, María Teresa Elena Julia María de los Milagros:


Plaza de las Comendadoras
Nadie lo sabrá (Ramón Torrado, 1953)

De frente el número 1 de la plaza y a la izquierda el convento de las Comendadoras con su iglesia, llaman la atención la gran torreta eléctrica y la falta de ajardinamiento.

Similar panorama nos muestra la magnífica comedia dramática Mi tío Jacinto (1956) en su comienzo. El cartero está buscando a un tal Jacinto, matador de novillos, para entregarle una carta de una agencia de espectáculos taurinos, y en cada lugar le dicen que Jacinto se ha mudado; la portera de la calle Amaniel, número 23, acaba de decirle que Jacinto vive ahora en la calle San Roque, 17:


plaza de las Comendadoras
Mi tío Jacinto (Ladislao Vajda, 1956)

Misma torreta, misma falta de jardines. La plaza era un espacio totalmente abierto, sin árboles y sin ningún tipo de sombra. El mismo espacio duro que se encuentran Eudosio y Carlos al salir de la cárcel donde han sido injustamente recluidos:


plaza de las comendadoras
Fulano y Mengano (Joaquín Luis Romero Marchent, 1959)

En esta comedia un tanto floja de guion, pero un maravilloso retrato del Madrid popular de la época, nuestra plaza permanece inalterada, con su torreta eléctrica. Estas imágenes nos aportan, sin embargo, alguna información más: por un lado, sobre el convento, que en estos años carecía de las buhardillas que tiene hoy; por otro lado, sobre un cierto uso comercial de este espacio.


En la primera mitad de los años 60 nada parece haber cambiado, ni en el convento ni en la plaza; así lo cuentan las imágenes del segundo episodio de la tierna y agridulce Del rosa al amarillo (1963):

plaza de las comendadoras
Del rosa al amarillo (Manuel Summers, 1963)

Aunque la historia de amor entre dos ancianos, Josefa y Valentín, se desarrolla en un asilo ubicado en Toledo, los exteriores corresponden a la plaza de las Comendadoras. La segunda imagen, tomada desde algún piso alto de una vivienda de la plaza, nos permite observar una plaza embaldosada sin ninguna gracia, que empieza a ser territorio de los coches.

Fue en la segunda mitad de esta década cuando se empezaron a producir cambios. En la irregular comedia Los subdesarrollados (1968) vemos la plaza con un aspecto nuevo:


plaza de las comendadoras
Los subdesarrollados (Fernando Merino, 1968)

Timoteo colabora con un amigo en una agencia clandestina de detectives. Acompañado de su novia, Rosita, sigue, por encargo de un cliente, a una mujer que va a ayudar en un comedor benéfico. Y detrás de ellos, en la calle Amaniel vemos a un clásico que aún sobrevive: el bar El cangrejero, abierto en 1937.

Casi toda la plaza se ha ajardinado. Vemos césped, árboles, bancos y formas curvas en el trazado de la zona peatonal que invitan a vivir este espacio. Eso sí, la torreta sigue ahí, enhiesta.

No sabemos si esta ha desaparecido o no (pues el encuadre no lo permite) en la comedia El taxi de los conflictos (1969), una película cuyo argumento está perfectamente descrito en su título; de nuevo, una obra que cinematográficamente no vale gran cosa, pero que es ideal para observar el Madrid de la época, en este caso de zonas muy alejadas unas de otras. Tadeo, el taxista, ha llevado a un monje a Misiones Pontificias, ubicadas según la película en el convento; más tarde, vuelve con Rovira, un policía encargado de esclarecer el abandono de un bebé en el taxi de Tadeo.


plaza de las comendadoras
El taxi de los conflictos (M. Ozores y J.L. Sáenz de Heredia, 1969)


Llegamos a los años 80 y la plaza, a principios de la primavera, ofrece un bello aspecto: la torreta ya no está, los árboles retoñan, hay niños jugando y hasta un barquillero. Amparo vaga desolada por la ciudad tras saber que Rosalía de Bringas se ha enterado de su antigua relación amorosa con un sacerdote. Estamos en el siglo XIX, en una estupenda traslación de una novela de Benito Pérez Galdós, Tormento (1974). 


plaza de las comendadoras
Tormento (Pedro Olea, 1974)


En los años 90 la plaza se peatonalizó casi totalmente. Es en esos años cuando se rueda allí una escena de la exitosa comedia dramática Hola, ¿estás sola? (1995), con las dos veinteañeras protagonistas y Mariló, madre de una de ellas, desayunando en uno de los cafés.


Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras

Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras
Hola, ¿estás sola? (Icíar Bollaín, 1995)


Ya a comienzos del siglo XXI, en el controvertido drama erótico-romántico Lucía y el sexo (2001), vemos a Elena pasar con su hijo por delante del monasterio de las Comendadoras. De siempre este lugar parece haber sido muy adecuado para los paseos con bebés, pues así aparecía en el primer fotograma de esta entrada y en esta escena, que no será el último ejemplo:


plaza de las comendadoras
Lucía y el sexo (Julio Medem, 2001)


No pasean en este momento, pero están sentados en uno de los bancos, con un bebé en su carrito, Lucía y Alfredo, en el interesante falso documental Noviembre (2003):


plaza de las comendadoras
Noviembre (Achero Mañas, 2003)

Estos activistas teatrales que pretenden cambiar el mundo con sus provocadores espectáculos callejeros están sentados a espaldas del número 6 de la plaza, y, por lo tanto, al lado de la zona que estaba bajo la sombra de los pinos talados hace unos días.

Donde se pasea a los niños también se pasea a los perros. Y aquí Javi, uno de los protagonistas de la comedia Café solo... o con ellas (2007), que viene de comprar el periódico y el pan, se encuentra con Tristón, un cariñoso perro que le sigue. Tristón le mira contento y luego vemos a Javi con la perspectiva con la que le ve Tristón:

Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras

Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras
Café solo... o con ellas (Álvaro Díaz Lorenzo, 2007)


Tristón lleva su placa con un número de teléfono, al que Javi llama. Su dueña, Alma, va a buscar al perro y Javi siente un flechazo, pero no le va a ser fácil iniciar nada con ella.


Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras

Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras

Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras
Café solo... o con ellas (Álvaro Díaz Lorenzo, 2007)


De noche y en invierno, la plaza es mucho más triste y solitaria. Por ella vemos caminar en dirección a la calle Amaniel, arrastrando su maleta llena de discos, a una DJ a la que acaban de echar del local donde trabaja en el mediometraje Cinema Verité, Verité (2013), título de raigambre cinematográfica donde los haya:


Madrid y el cine: Plaza de las Comendadoras
Cinema Verité, Verité (Elena Manrique, 2013)



La zona de árboles que se acaba de talar es el rincón que conforman los edificios que van del número 1 al número 4. Y ese precisamente es el rincón más cinematográfico de esta plaza.

En el portal número 2 vive Julita, una pintora confinada en una silla de ruedas; a su casa van a buscarla don Anselmo y Faustino, protagonista el primero y secundario el segundo de la amarga comedia o drama cómico -en todo caso obra maestra- El cochecito (1960). Faustino, que también necesita una silla de ruedas, se gana la vida vendiendo objetos varios cerca de la entrada de Goya del museo del Prado; Julita, en el mismo sitio, pinta retratos. 

Comienza la escena con una impactante imagen para el espectador de hoy en día, la de una pareja de bastante edad que parece ganarse la vida tocando sus humildes instrumentos musicales en la calle, en este caso entre los números 2 y 4 de la plaza; unas niñas sentadas en la acera -que probablemente han ido por leche- les escuchan, y lo mismo hace una mujer -quizá la madre de las niñas- asomada a la ventana de su semisótano:


plaza de las comendadoras
El cochecito (Marco Ferreri, 1960)

La cámara se desplaza luego hacia la casa de Julita, el número 2, que es el portal que vemos abierto a la derecha en el siguiente fotograma. La puerta que está a la izquierda, que forma parte del edificio número 1 de la plaza, es hoy la entrada de un café. En la imagen de debajo, una vez que don Anselmo consigue que Julita y Faustino se reconcilien -pues andaban regañados- los tres, cada uno en su respectivo cochecito o silla, cruzan la plaza hacia el convento para luego rodear la plaza.


plaza de las comendadoras
El cochecito (Marco Ferreri, 1960)

En el último local comercial del número 1 se lee muy bien cuál es el tipo de negocio: una tienda de frutos secos. Lo mismo sigue siendo cuatro años después, en el inquietante drama Amador (1964). Después de citarse con ella en la iglesia de Santiago el Mayor, en el convento, Amador lleva a su novia hacia un lugar sin retorno... Y así comienza su siniestra historia.


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Amador (Francisco Regueiro, 1964)

Este local de frutos secos es el lugar en el que se abrió en el último tercio del siglo XX el Café Moderno, muy conocido, precisamente, gracias al cine. Tenemos una primera -de momento- imagen de él en Lucía y el sexo (2001):


plaza de las comendadoras
Lucía y el sexo (Julio Medem, 2001)

El rodaje en este rincón de una película con base histórica, el drama Deseo (2002), debió de alterar un tanto su vida cotidiana, pues debía representar el Madrid de la postguerra, y se incorporó hasta un tranvía que hacía el recorrido de Puerta del Sol a Nuevos Ministerios. Del tranvía se baja Elvira, una mujer que, sin comerlo ni beberlo, se ve rodeada una trama para ayudar a huir a dirigentes nazis a Hispanoamérica.

Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras

Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras

Madrid y cine: Plaza de las Comendadoras
Deseo (Gerardo Vera, 2002)


Este rincón, y la plaza en general, es lugar para ir con niños, para músicos callejeros, para perros acompañados o perdidos y también para personajes estrambóticos, como este con el que juega el protagonista de Spinnin' (2007), comedia y drama inclasificable. En el segundo fotograma se ve perfectamente uno de los robustos árboles ya desaparecidos:


Madrid y el cine: Plaza de las Comendadoras

Madrid y el cine: Plaza de las Comendadoras

Madrid y el cine: Plaza de las Comendadoras
Spinnin' (Eusebio Pastrana, 2007)

El café Moderno y el portal número 1 asoman en los fotogramas anteriores. Pero la película que ha dado más fama a este café es el melodrama Madres paralelas (2021). En este establecimiento se pone a trabajar Ana, la joven que da a luz el mismo día que Janis, la protagonista, y en la terraza ambas se encuentran y empiezan a entretejer sus vidas.


plaza de las comendadoras
Madres paralelas (Pedro Almodóvar, 2021)

Janis vive, precisamente, en el número 1, el edificio donde está el café. La vemos salir del portal y asomarse a la ventana, desde la que se ven la calle Amaniel y una antigua chimenea de la fábrica Mahou:

plaza de las comendadoras
                                                 Madres paralelas (Pedro Almodóvar, 2021)

Al número 1 de esta plaza se mudó la cantante Lola Flores en 1940 cuando se vino de Andalucía buscando el éxito. Seguramente es ficción, pero es lo que nos muestra la película biográfica Lola, la película (2007), una obra un tanto anodina si exceptuamos la excelente interpretación de la actriz protagonista.

plaza de comendadoras
Lola, la película (Miguel Hermoso, 2007)

Anótese el anacronismo, porque en 1940 no existía el Café Moderno. Aun así, no desentona demasiado porque podríamos pensar que es un local superviviente de los años 20 o 30.


Janis y Lola no son las únicas protagonistas que viven en el número 1 de esta plaza: también reside aquí Marina, la actriz principal de la comedia romántica Sexo fácil, películas tristes (2014), una coproducción hispano-argentina agradable de ver. En una escena rodada por la noche nos permite apreciar el sencillo pero bonito enrejado de la puerta del edificio:

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Sexo fácil, películas tristes (Alejo Flah, 2014)

Y terminamos recordando los árboles talados hace dos o tres días en este rincón porque bajo su sombra se celebra el concierto improvisado de la escena final de la comedia romántica No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (2016), una comedia vacía y frívola al más puro estilo Netflix, eso sí, con bonitas imágenes de determinados lugares de Madrid.


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No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (María Ripoll, 2016)

Sin los árboles, no habrá conciertos, ni gente sentada en los bancos, ni paseantes con sus bebés en carritos. Sin los árboles, la plaza vuelve a la dureza de los años 50. 





Comentarios

  1. Como cunde el tema, me acuerdo de estas cuatro. Veamos que te parecen, las dos primeras son inescrutables:
    JUEGOS DE SOCIEDAD, 1974, de José Luis Merino.
    COMO MATAR A PAPÁ SIN HACERLE DAÑO, 1975, de Ramón Fernández. (la escena recrea la misma esquina en la que el abuelo de Tony Isbert, don Pepe, aparecía en el "Cochecito")
    FORTUNATA Y JACINTA, 1970, de Angelino Fons. (El plano es corto, pero ese segundo de la plaza, copa toda la imagen)
    ¿ES USTED MI PADRE?, 1971, de Antonio Giménez Rico. Se ve desde una calle lateral, la calle de Quiñones, qué nombre tan zarzuelero, me encanta. Como interés añadido ver lo que era el local del hoy "café Moderno", que parece que estuviera ahí toda la vida, pero no. La película esta, no es baladí en localizaciones.

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    1. Gracias, Jorge. Buscaré esas escenas; de ¿Es usted mi padre? saqué fotogramas de la calle Quiñones pero no de la plaza

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    2. También sé que en "Juegos de sociedad" aparece una discoteca que había en la plaza pero no he conseguido una versión decente de esa peli

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    3. Yo me refiero a esa que mencionas de la calle de Quiñones. Como no la consideres como la de "Mi Tío Jacinto" que aun siendo la calle de Amaniel se ve de fondo la plaza...
      Y la mala calidad de Juegos de Sociedad, me temo que es la única copia que corre, porque la mía también está en braille.

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