Madrid y el cine: La taberna de Ángel Sierra

Hoy nuestra cámara se va a buscar la historia cinematográfica de una taberna centenaria de Madrid: la Taberna de Ángel Sierra, en la plaza de Chueca, fundada en 1917.

No hemos hallado hasta el momento apariciones de esta taberna en el cine anteriores a los años 60, pero su debut es magnífico: muchas escenas de una verdadera obra maestra, el drama social El mundo sigue (1965) se ubican en la plaza de Chueca, pues allí vive la familia protagonista. Por lo tanto, no es raro que la taberna aparezca con cierta frecuencia.

La madre de la familia cuyos avatares retrata esta película vuelve de la compra y en la plaza se encuentra con un vecino, don Andrés, dramaturgo. Deducimos del final de su conversación que durante un tiempo pretendió (como se decía entonces) a Elo, la hija malcasada cuya desgracia es uno de los hilos fundamentales de la película. Detrás de ellos, al fondo de la plaza, vemos, a la izquierda, la taberna, y a su derecha, una tienda de máquinas Singer.


El mundo sigue
El mundo sigue (Fernando Fernán Gómez, 1965)

La taberna de Ángel Sierra es uno de los escenarios recurrentes de un interesante y poco conocido drama, La larga noche de los bastones blancos (1979). Cerca de allí vive Pablo, uno de los dos protagonistas, dos ciegos que, durante un viaje en el metro, terminan quedándose encerrados en él. Sus penosos y dramáticos intentos de salir convierten la segunda parte de la película casi en una película de suspense. Pero antes vemos a Andrés, el otro protagonista, encaminarse hacia la taberna en busca de Pablo, y también algunas escenas en su interior:

La larga noche de los bastones blancos
La larga noche de los bastones blancos (Javier Elorrieta, 1979)

En la siguiente década, vemos al lado de nuestra taberna a Crisanto, el inspector de policía protagonista de la irregular película de cine negro El arreglo (1983):


El arreglo
El arreglo (José Antonio Zorrilla, 1983)

Y diez años después, prácticamente en el mismo lugar que en el primer fotograma de esta entrada, encontramos a Sara y a Pedro, los protagonistas de la comedia romántica generacional Amo tu cama rica (1993), enfrascados en una de sus frecuentes discusiones. Por cierto, que el título es deudor de un corto anterior del mismo director, Amo mi cama rica (1970), pero muy diferente en cuanto a su temática.


Amo tu cama rica
Amo tu cama rica (Emilio Martínez Lázaro, 1993)

En la misma década, Pedro Almodóvar nos da a conocer con más detalle el precioso interior de la taberna en el estupendo melodrama La flor de mi secreto (1995), cuando la protagonista, Leo, come allí con su amiga Betty, que más tarde resulta ser la mujer con quien la está engañando su marido:


La flor de mi secreto
La flor de mi secreto (Pedro Almodóvar, 1995)

A principios del siglo XXI, la plaza de Chueca ya está totalmente transformada en lo que hoy es principalmente, un lugar de ocio y de encuentro, en especial para la comunidad LGTBI. Por allí pasa frecuentemente Pedro, el protagonista de la comedia Cachorro (2004), un dentista homosexual que se ve enfrentado a la responsabilidad de cuidar un tiempo de su sobrino:


Cachorro
Cachorro (Miguel Albadalejo, 2004)

Justamente por delante de la taberna pasa también una noche uno de los protagonistas de la entretenida comedia Chuecatown (2007), también de temática gay, que cuestiona amablemente la gentrificación del barrio a través de este personaje, un agente inmobiliario que asesina ancianas para convertir sus casas en pisos de lujo.

Chuecatown
Chuecatown (Juan Flahn, 2007)

Pero las más bellas imágenes cinematográficas nos las proporciona otra vez Pedro Almodóvar en su reciente melodrama Madres paralelas (2021). Un encuentro entre la protagonista, Janis, y su amante, Arturo, que comienza con un vistazo a un precioso techo, con una escena báquica muy propia de una taberna:


Madres paralelas
Madres paralelas (Pedro Almodóvar, 2021)


Y los viejos toneles apoyados en estructuras de madera cuyas pequeñas puertas recuerdan la decoración tan característica de la fachada de este local:

Madres paralelas
Madres paralelas (Pedro Almodóvar, 2021)

¡Larga vida a esta taberna centenaria! Ojalá siga apareciendo en películas tan estupendas como la mayoría de las que hemos hablado hoy.








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