Madrid y el cine: De plaza de toros a Wizink Center

Hoy hablamos de un espacio al que cientos de miles de madrileños hemos ido más de una vez en los últimos dos años. Un espacio, no un edificio, pues ese espacio ha tenido diferentes funciones, edificios y nombres. Se trata del solar ubicado entre las calles Goya y Jorge Juan y la plaza de Salvador Dalí, en el distrito de Salamanca.

No tenemos testimonios cinematográficos de lo que existió en este espacio antes del siglo XX, pero, en los comienzos del cine, lo que había aquí era una plaza de toros, la más importante de la ciudad hasta que se construyó la de Ventas. Se trata de una plaza que fue llamada con varios nombres: plaza de la Fuente del Berro, plaza de Goya o plaza de la carretera de Aragón.

Aunque fue demolida en 1934 -al ponerse en funcionamiento la de Ventas-, dio tiempo a que apareciera en algunas películas de cine mudo.

La vemos en el experimento de cine-teatro musical Frivolinas (1926), que alterna los elementos de una trama mínima con los espectáculos de variedades que ofrecía por entonces el cine Doré. Además de las variedades, también se rueda una corrida de toros:


Frivolinas
Frivolinas (Arturo Carballo, 1926)

También aparece en la comedia sainetesca ¡Viva Madrid, que es mi pueblo! (1928), cuya historia se desarrolla en el ambiente taurino, pero que nos ofrece también imágenes de muchos otros lugares de Madrid. En estos fotogramas podemos apreciar que la plaza era de estilo neomudéjar, igual que la actual.


Viva Madrid, que es mi pueblo
¡Viva Madrid, que es mi pueblo! (Fernando Delgado, 1928)

Como hemos dicho ya, esta plaza fue derribada en 1934. Llegó la Guerra Civil, luego la dura posguerra y, mientras tanto, el solar permaneció sin construir. Sin embargo, hay un testimonio cinematográfico de su uso, en este caso para la instalación de un circo ambulante. Como práctica del curso 1949-1950 en la Escuela Oficial de Cinematografía, Luis García Berlanga rodó el documental El circo, en el que nos muestra al principio el montaje de la carpa.


El circo
El circo (Luis García Berlanga, 1950)

A continuación, los trabajadores del circo desfilan por el centro de Madrid portando anuncios que no dejan duda sobre cuál es el lugar donde se ubica; lo vemos también en los carteles pegados en los muros de la ciudad, que nos anuncian la llegada del Circo Americano, con la primera visita de Buffalo Bill a España:

El circo
El circo (Luis García Berlanga, 1950)


Es curioso cómo a ese espacio sin nombre se le sigue identificando con el coso, casi dos décadas después de su demolición. El borrado de esa memoria vendría unos años después, con la construcción de un edificio totalmente distinto que estaba en marcha cuando se rodó la magnífica Los chicos (1959), un drama de tono documental que muestra la insoportable levedad de la adolescencia en el mediocre y gris país surgido de la posguerra. Los protagonistas, cuatro amigos adolescentes, tienen como punto de reunión un quiosco en el que trabaja uno de ellos, y que se sitúa al lado de las obras de construcción del Palacio de los Deportes en el solar que hoy nos ocupa.


Los chicos
Los chicos (Marco Ferreri, 1959)

Cuando se inauguró, en 1960, uno de los deportes rey del momento era el boxeo. Así lo atestigua la película policiaca 091, policía al habla, una obra de sobria dirección y estupenda fotografía. El inspector (Adolfo Marsillach) y su ayudante (José Luis López Vázquez) son los protagonistas que, a lo largo de su guardia nocturna, unen las diferentes historias que componen la película, ofreciendo una impecable imagen de la policía franquista (tal como solía ocurrir en todas las películas del género en esta época).

En la comisaría suena un timbre que procede de una especie de centralita. El comisario consulta el tablero y dice:

- Ha sido en el Palacio de los Deportes.

Y hacia allá se dirigen inmediatamente el inspector y su ayudante:


091, policía al habla
091, policía al habla (José María Forqué, 1960)

A continuación la película nos lleva al interior, donde presenciamos algunos momentos de un combate de boxeo. La policía llega; se ha producido un atraco a mano armada y se han llevado la recaudación, de unas 600.000 pesetas. Ahora los vemos saliendo, acompañados de una trabajadora del edificio, testigo del suceso, que va a explicarles lo que sucedió tras el atraco:


091, policía al habla
091, policía al habla (José María Forqué, 1960)

A la izquierda podemos ver el anuncio del combate: el aspirante Manolo García se enfrenta al campeón Fred Galiana. Dos boxeadores famosos en aquella época, especialmente el segundo.


En la parte final de la comedia dramática Un millón en la basura (1967), la pareja protagonista, después de haberse deshecho del millón de pesetas que le quemaba las manos, corre liberada a coger el autobús hacia su humilde barrio. Y es que ya se sabe: para los pobres, el dinero es un problema, no saben qué hacer con él. En su carrera, dan la espalda al lugar del que hablamos hoy:


Un millón en la basura
Un millón en la basura (José María Forqué, 1967)

No solo hubo encuentros deportivos en el Palacio de los Deportes. Desde el comienzo fue un recinto utilizado para actuaciones musicales y de danza. En el romance musical A 45 revoluciones por minuto (1969), una película muy floja pero probablemente muy amena para los nostálgicos del color de los 60 (interés realzado por la fotografía de Juan Mariné), la pareja protagonista, ambos cantantes en sus comienzos, pasan por delante:


A 45 revoluciones por minuto
A 45 revoluciones por minuto (Pedro Lazaga, 1969)

En la segunda imagen observamos que se estaba celebrando en el Palacio de los Deportes una edición de los Festivales de España, nacidos de un proyecto del Ministerio de Información y Turismo; a instancias suyas,  se diseñó en 1954 el Plan Nacional de los Festivales de España, creado para extender la cultura teatral, musical y de danza a todo el país. También podemos leer el nombre de quienes iban a actuar en esta ocasión, concretamente en abril de 1969: Viva la gente, un grupo musical estadounidense formado por doscientos jóvenes procedentes de veinticuatro países. Seguro que muchos recuerdan todavía su más famosa canción:

Viva la gente, la hay donde quiera que vas. Viva la gente, es lo que nos gusta más...


Pasan los años, llega el siglo XXI y ahí sigue el edificio, aunque reformado. Pero en 2001 un incendio provocado durante unas obras acaban con él. Probablemente esta sea la última imagen en el cine del antiguo Palacio de los Deportes:


Piedras
Piedras (Ramón Salazar, 2002)

Piedras es un interesante drama que cuenta las historias de cinco mujeres, historias que tienen como denominador común los pies: los pies, los zapatos y las piedras que algunos meten en el calzado de estas mujeres impidiéndoles andar por la vida con comodidad. En esta escena, Isabel, señora de la alta burguesía, y su amiga Martina, presentadora de televisión, acaban de salir de El Corte Inglés de Goya. Ambas tienen una vida infeliz en sus matrimonios y buscan un sustituto de la felicidad en sus compras.


Antes de que se estrenara la película Piedras, en 2001, el Palacio de los Deportes desapareció, reapareciendo cuatro años después pero con nombres más pegados a nuestra nueva realidad ultracapitalista: primero fue el Barclaycard Center y, desde 2016, el Wizink Center.

Allí conocemos a Marco, el entrenador de baloncesto protagonista de la maravillosa comedia Campeones (2018):


Campeones
Campeones (Javier Fesser, 2018)


Marco es el segundo entrenador de un importante equipo; arrogante e irascible, se enfrenta con el primer entrenador y le golpea, y es expulsado de la cancha entre pitidos y gritos de la afición. Bebe para calmarse, después va conduciendo y golpea a un coche de la policía. Este es el preludio de esta entrañable historia llena de humanidad que uno podría ver una vez al año sin dejar de sonreír cada vez.

Pero la mayoría de nosotros no hemos ido al Wizink Center a ver partidos de baloncesto sino a vacunarnos. Seguro que el antiguo Palacio de los Deportes se hubiera usado para el mismo fin. Centros polivalentes donde los haya...

Y un espacio urbano dedicado al ocio (y a la salud ocasionalmente) durante muchas décadas.

Bibliografía

Ferrer Cayón, Jesús (2013): De los primeros festivales artístico-populares a los festivales de España: el Festival Internacional de Santander (EIS), 1948-1956. Disponible en https://ebuah.uah.es/dspace/handle/10017/43941

Comentarios

  1. Algunos vemos presenciado una cosa que llamaban "persecución tras moto" un ciclista perseguía sin atrapar a una moto , venga vueltas y vueltas asi creo que etaban toda la noche, me suena Guillermo Timonel.

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    1. ¿Te refieres a algún espectáculo en el Palacio de los Deportes?

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    2. Pues claro de él estamos hablando, se tiraban buena parte de la noche.

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