Madrid y el cine: La iglesia de San Juan Bautista

Hay una pequeña iglesia neogótica en Madrid que ha permanecido intacta desde su construcción, hace casi un siglo, mientras veía cambiar de forma drástica su entorno.

Es la parroquia de San Juan Bautista, de Ciudad Lineal. Cuando se construyó, en la zona llamada el Cerro de la Cabaña, la iglesia parecía un juguete irreal, una construcción de Lego en medio de la pobreza de un barrio muy humilde. 

En este fotograma de El último caballo (1950) la podemos ver al fondo, en lo alto del cerro, desde una de las fincas de la zona baja del barrio. A esa finca acude Fernando, el protagonista y dueño del caballo Bucéfalo, que encuentra en las afueras de Madrid, por fin, un lugar para su caballo. El lugar de reposo y desahogo de movimientos que ya no se encuentra en la motorizada ciudad de Madrid.


El último caballo
El último caballo (Edgar Neville, 1950)


En el Cerro de la Cabaña se sitúa la acción de una película muy cercana en el tiempo a la anterior: Cerca de la ciudad (1952). Se trata de un drama religioso que tiene un interesante comienzo metafílmico: un equipo de cineastas nos habla en primera persona contándonos su intención de rodar un documental sobre Madrid. Nos van mostrando y comentando las imágenes que toman de lugares muy céntricos de la ciudad y de su vida cotidiana, intentando extraer la "esencia pura" de la ciudad. Deciden observar y seguir a personas que caminan por la calle de Alcalá, y a la altura de la iglesia de las Calatravas ven a un cura con una maleta. Deciden seguirle porque "ahora está de moda hacer películas de curas" (y así era). Siguen al cura hasta el extrarradio, mientras nos describen lo que ven:

Madrid quedaba atrás, todavía próximo, dibujando la inmensa mole de sus edificios. No se había alejado mucho, y sin embargo, ¡qué distinto resultaba todo esto de aquello que habíamos retratado unas horas antes! Pronto aparecieron las primeras cuevas y chabolas del cinturón suburbano de Madrid. Resultaba incomprensible que un hombre, un hombre como nosotros, despreciase las gratas perspectivas de la gran ciudad para hundirse en ese pozo que ciñe todas las capitales del mundo. Las Cibeles y los toros ya no nos importaban nada. Era otra película, otra vida distinta la que estábamos eligiendo, y para ella, no hubiéramos encontrado un título mejor que este: CERCA DE LA CIUDAD.


Cerca de la ciudad
Cerca de la ciudad (Luis Lucia, 1952)

El cura ha sido enviado a ayudar al párroco de San Juan Bautista. Cuando llega, este ha muerto y deberá hacerse cargo de la parroquia, conociendo así la vida, llena de sinsabores y miserias, de sus fieles. A pesar del mensaje proselitista de esta película y de la justificación vana del equipo de cineastas (pues hay ciudades del mundo que no están ceñidas por pozos), es interesante el acercamiento a estos barrios abandonados y no tan cinematográficos.

Al fin llega a la iglesia. A pesar de que hay un gran cartel prohibiendo jugar a la pelota delante de ella, los chavalillos del barrio se reúnen allí para hacerlo, pero salen corriendo en cuanto ven llegar al cura.


Cerca de la ciudad
Cerca de la ciudad (Luis Lucia, 1952)


En esta iglesia se rodó también una escena de una película injustamente olvidada: Los flamencos (1968), un drama que cuenta una historia de celos y amor y en el que el colectivo gitano es retratado sin prejuicios ni paternalismo. La escena en la iglesia narra, como en tantas otras películas, una boda; vemos a los novios saliendo de la iglesia mientras hombres,  mujeres y niños cantan y bailan a su alrededor:


Los flamencos
Los flamencos (Jesús Yagüe, 1968)


Pero las iglesias, en la historia y en el cine, se han usado también con propósitos no religiosos, sobre todo en los barrios obreros. Uno de ellos, durante los años 60 y 70, fue dar cobijo a asambleas de trabajadores y a reuniones de militantes de partidos y sindicalistas. 

Una asamblea que decide mantener una huelga es el motivo que reúne a un grupo de trabajadores en esta iglesia en la coproducción hispano-italiana Operación Ogro (1979), una de los más rigurosas películas que se han hecho sobre el terrorismo de ETA, que narra el atentado contra el almirante Carrero Blanco en 1973. En ella podemos apreciar bien cómo era la zona que rodeaba la iglesia:


Operación ogro
Operación Ogro (Gillo Pontecorvo, 1979)

También podemos ver el interior durante la asamblea, un interior que no difiere mucho del actual y que veremos, casi idéntico, en la siguiente película:


Operación Ogro
Operación Ogro (Gillo Pontecorvo, 1979)


Es también una función política la que cumple la iglesia en la agridulce Viva la clase media (1980), una crónica nostálgica y un tanto escorada ideológicamente, basada en hechos reales, que reivindica a los miembros de la clase media que formaban parte del Partido Comunista en la clandestinidad. Interesante para quien vivió esa época, pero probablemente no resista una mirada crítica desde la actualidad.


Viva la clase media
Viva la clase media (José María González Sinde, 1980)



Viva la clase media
Viva la clase media (José María González Sinde, 1980)


Decíamos al principio de esta entrada que el entorno de esta iglesia ha cambiado drásticamente. Donde antes hubo casitas bajas, hoy encontramos modernos bloques que la tapan y encajonan, pero ahí sigue, con su siglo a cuestas, inamovible. Dada la altura de los bloques que la circundan, parece ahora, más que nunca, una miniatura, una iglesia de juguete:






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